Se llama dotación al acto y el resultado de dotar: otorgar, aportar, equipar o asignar algo. Dotación también es aquello con que se concreta la acción de dotar.
Por ejemplo: “El gobierno local anunció que incrementará la dotación de las pensiones”, “La dotación de bomberos llegó al lugar del accidente de manera inmediata”, “El ganador del torneo recibirá una dotación económica de 100 000 pesos”.
La idea de dotación puede emplearse para nombrar al conjunto de los individuos que se encuentran asignados al servicio de algún tipo de unidad (policial, sanitaria, de bomberos, etc.). En este contexto, el concepto de dotación se asocia muchas veces a la noción de tripulación.
Una dotación económica, por otra parte, es una cantidad de dinero que se aporta con un cierto fin. Puede tratarse de un premio o de una recompensa que se otorga al ganador de un concurso o un torneo. El escritor o la escritora que gana el Premio Cervantes, por citar un caso, recibe una dotación económica de 125 000 euros.
Un gobierno puede asignar dotaciones económicas a diversos emprendimientos o áreas. Las autoridades, a través de este tipo de decisiones, pretenden favorecer el desarrollo de un proyecto o asistir a organizaciones o individuos que necesitan apoyo. Un ayuntamiento, en este marco, puede aumentar la dotación de las becas que otorga a los estudiantes universitarios.
La dotación puede ser de bienes u objetos: una dotación de libros que se entrega a una biblioteca, una dotación de insumos médicos para una sala de primeros auxilios, una dotación de balones e indumentaria deportiva para un club, etc. Esto se denomina formalmente dotación financiera, y suele tener la condición de que los bienes o el dinero se inviertan y el fondo principal permanezca intacto por un determinado período o bien para siempre.
La dotación financiera a los colegios y las universidades puede representar grandes sumas de dinero para un país, como ocurre en Estados Unidos, donde el monto anual en universidades como Harvard asciende a más de mil millones de dólares. La dotación suele estar enfocada en áreas bien definidas, como ser las becas o las cátedras dotadas (también se denominan sillas dotadas, y son posiciones permanentes que se pagan con los ingresos de un fondo específico).
El concepto de dotación genética se define como el conjunto de instrucciones que heredamos de nuestros progenitores y que determinan nuestro potencial biológico. En términos técnicos, se trata de la cantidad de genes y su valencia, lo cual modifica el valor del material genético. Si tomamos como ejemplo el maíz, su tejido triploide denominado endosperma puede contar con un número de genes y+ que va de uno a tres, y esto repercute directamente en su color amarillento; la cantidad de caroteno es proporcional a la de genes y+.
Si nos centramos en nuestra especie, que cada individuo pueda desarrollar al cien por ciento dicho potencial depende en gran parte de ciertos factores ambientales, como ser nuestra dieta, el entorno de estudio o trabajo, la calidad del aire, los microorganismos presentes a nuestro alrededor, etcétera. Los médicos suelen decir que «nuestra salud depende de nuestro código postal, más que de nuestra dotación genética», haciendo referencia precisamente a la importancia de las características del sitio en el que vivimos.
Dicha afirmación cobra especial sentido cuando entran en la ecuación las enfermedades relacionadas con la alergia, ya que combinan un componente genético con uno ambiental: heredamos de nuestros padres la predisposición a ciertas alergias, pero nuestro entorno condiciona de forma considerable el desarrollo de una alergia. Las enfermedades alérgicas pueden despertar a causa de los alimentos, determinadas plantas en nuestro entorno o ciertas sustancias en el aire que respiramos, entre otros factores.