La historia de la humanidad suele dividirse en periodos conocidos como edades (del latín aetas). Contemporáneo, por su parte, es aquello vinculado al tiempo en que se vive.
La Edad Contemporánea, en este marco, es la edad histórica que vivimos en la actualidad. Por lo general se sitúa su comienzo a finales del siglo XVIII o a inicios del siglo XIX.
De acuerdo a la historiografía, la primera edad fue la Edad Antigua, que sucedió a lo que se conoce como prehistoria. Tras la Edad Antigua llegó la Edad Media y luego, la Edad Moderna. La finalización de este periodo y la iniciación de la Edad Contemporánea suelen ubicarse en la independencia de los Estados Unidos (1776) o en la Revolución francesa (1789).
Entre los fenómenos que marcaron a la Edad Contemporánea, aparecen la Revolución industrial, la expansión del capitalismo en todo el mundo, el avance de la ciencia, el nacimiento de los medios de comunicación más trascendentes y las guerras mundiales. También se masificó el consumo de múltiples productos, un hecho que permitió mejorar el nivel de vida pero que, simultáneamente, incrementó la desigualdad social.
Para estudiar con detenimiento y en detalle la Edad Contemporánea es posible dividirla en dos etapas bien diferenciadas:
* la alta edad: se trata del periodo que comenzó en el año 1776 y duró hasta el 1870. A lo largo de los primeros años de esta etapa tuvieron lugar revoluciones muy importantes, que terminaron alrededor de 1815, cuando comenzó una temporada de relativa paz;
* la baja edad: continúa la anterior y se extiende hasta 1914. Se caracteriza por el trato pacífico entre los países y la mejora de las comunicaciones internacionales. Al finalizar esta etapa llega una de las más terribles de la historia, con la Primera Guerra Mundial.
Entre los muchos descubrimientos científicos y los avances a nivel tecnológico que tuvieron lugar durante la Edad Contemporánea, podemos citar los siguientes:
* Volta inventó la pila eléctrica en el año 1800;
* el primer barco a vapor apareció en 1807;
* Stephenson presentó la locomotora a vapor en 1826;
* el teléfono, una de las creaciones más importantes y revolucionarias de la historia, fue patentada en el año 1876 por Alexander Graham Bell, su inventor;
* el mítico Thomas Edison inventó la bombilla eléctrica en 1879;
* en 1885 el promedio de vida se vio incrementado gracias al trabajo de Pasteur, quien descubrió la vacuna contra la rabia;
* la radiactividad fue descubierta en el año 1896 por Bacquerel, un científico de Francia;
* en 1899 se pupularizó el consumo de la aspirina;
* el ADN comenzó a ser investigado en 1900;
* los hermanos Wright hicieron sus primeras pruebas de aeronavegación en 1903;
* otro hito que mejoró la calidad de vida y aumentó el promedio de longevidad tuvo lugar en 1928, cuando Alexander Fleming descubrió la penicilina;
* en 1957 se envió al espacio el Sputnik I, el primer satélite artificial;
* el Dr. James Hardy estuvo a cargo del primer trasplante de corazón en el año 1964;
* el CD, uno de los inventos más revolucionarios de los últimos tiempos, se presentó en 1983;
* la primera clonación partiendo de una sola célula madre, un experimento muy controvertido, tuvo lugar en 1997, y de ella nació la oveja Dolly
Nunca antes el ser humano había gozado de la calidad de vida que tiene en la Edad Contemporánea. La expectativa de vida, de hecho, ya supera los 71 años a nivel global. Sin embargo, el progreso material resulta muy disímil según la región, existiendo enormes diferencias entre las potencias (que forman parte del llamado primer mundo) y los países subdesarrollados.
De cara al futuro, la Edad Contemporánea plantea un importante problema en torno a la sustentabilidad o la sostenibilidad ya que la sociedad actual está agotando los recursos naturales no renovables y dañando el medio ambiente.
