La edafología es la disciplina científica que estudia la naturaleza y las características del suelo en su vínculo con las especies vegetales. El término proviene del griego édaphos (que puede traducirse como «suelo») y logos («tratado»).
En ocasiones edafología se emplea como sinónimo de pedología. Sin embargo, la pedología analiza la formación y la estructura del suelo entendido como piso o superficie, mientras que la edafología considera el suelo como el terreno que se cultiva.
La edafología estudia el suelo en función de su entorno, en especial de las plantas.
TemasPuntos de interés
Es importante tener en cuenta que el suelo surge de los cambios mecánicos y químicos que se producen en las rocas que están en la superficie. Estas transformaciones derivan en una materia madre que, combinada con los gases de la atmósfera, el agua, la acción de los animales y otros factores, generan una mezcla de materiales inorgánicos y orgánicos.
Todas estas cuestiones son investigadas por la edafología, centrándose en la relación entre el suelo, las plantas que crecen en él y el entorno. Al conocer las propiedades del suelo y saber cómo inciden estos rasgos en el medio ambiente y en la producción de vegetales, la edafología es clave para la agricultura.
Ciencia del suelo
Suele decirse que la edafología es una ciencia del suelo. Sus expertos examinan la composición y la distribución de los suelos, teniendo en cuenta sus procesos y su conservación. Así conciben conocimientos que son vitales para los técnicos y los productores agropecuarios.
La edafología, en definitiva, es necesaria para optimizar la producción de alimentos y para preservar los ecosistemas. Sus aportes contribuyen al cuidado de la biodiversidad y a la supervivencia de los seres vivos.
Orígenes
Si bien la edafología tiene sus orígenes a mediados del siglo XIX, con el estudio del suelo a nivel científico en el Colegio Geográfico de Rusia, es importante señalar que ya un siglo antes el polímata Mijaíl Vasílievich Lomonósov había aportado conocimientos esenciales acerca del suelo, postulándolo como algo más que un «cuerpo estático». La antes mencionada pedología surgió con el geógrafo Vasili Vasílievich Dokucháyev, a quien le debemos la base teórica de la geografía del suelo.
En el año 1883 publicó el primero de sus trabajos al respecto, en el cual detalló un experimento sobre una clase de suelo negro rico en humus, fósforo, microelementos y potasio (el llamado chernozem). En dicho estudio uso los fundamentos de la morfología y realizó una clasificación sin precedentes, acompañada de las correspondientes descripciones y nuevos métodos cartográficos. Tres años más tarde sugirió que se usara el término «suelo» en el ámbito de la ciencia para denotar los horizontes de tierra que prácticamente todos los días se someten a la acción de diversos organismos, del aire y del agua, la cual repercute en diversos cambios.
El clima, el agua, el aire y los organismos vivos influyen en el suelo.
Vasili Dokucháyev también ofreció una definición del suelo que lo presenta como un cuerpo independiente, en el que influyen más de un factor, incluyendo la vegetación. Afirmó que este producto de gran complejidad resulta de la combinación de la acción recíproca de varios agentes: más allá de las plantas, mencionó el clima, la edad y las formas del terreno (paleogeografía y geomorfología, respectivamente), la roca madre y, por supuesto, los animales.
Ya en este punto notamos el interés científico por el suelo como un componente de la naturaleza que se debe entender en referencia a su entorno, a los seres vivos que interactúan con él. Otros nombres relevantes en esta etapa que dio como resultado una nueva interpretación de la tierra fueron Konstantin Glinka, Neustrayev y Sibirtev. Este último legó una clasificación de los suelos que los diferencia en tres grupos: los zonales, los intrazonales y los azonales, cada uno con sus respectivos subgrupos.
