Una embarcación es un medio de transporte que tiene la capacidad de desplazarse por vía acuática. Su propulsión puede lograrse mediante un motor, velas o el uso de remos.
Antes de avanzar, vale la pena detenerse en el origen etimológico del término. Embarcación surge a partir de la unión del verbo embarcar (ingresar a un vehículo, destinar a un individuo a un buque) y del sufijo -ción (empleado para la formación de sustantivos que expresan un acto y su consecuencia, pudiendo denotar un lugar o un objeto).
Características de una embarcación
Existen múltiples clases de embarcaciones, cada una con sus particularidades. Sin embargo, es posible mencionar determinadas características compartidas por todos estos vehículos.
Las embarcaciones deben tener navegabilidad: es decir, tienen que ser aptas para navegar (avanzar por el agua). Por lo tanto, es imprescindible que puedan flotar.
Además necesitan contar con alguna clase de medio de propulsión. Estos recursos pueden resultar simples como las velas (lonas que, al recoger el viento, empujan la embarcación) o los remos (palas que realizan palanca en el agua), o ser más complejos como las máquinas que, apelando a la electricidad o a la combustión, producen un impulso subacuático.
Otras cuestiones importantes vinculadas a las embarcaciones son su tonelaje (su capacidad interior) y su velocidad de desplazamiento. Estas variables se definen a partir de la estructura, el diseño y el equipamiento de las naves.
Clasificación según el tipo
Como ya indicamos más arriba, embarcación es un concepto genérico que alude a un vehículo acuático. Para hacer una referencia más específica, hay numerosas palabras que nombran a tipos particulares.
Un bote, por ejemplo, es una embarcación de tamaño pequeño que se impulsa con remos. Una lancha, en tanto, también puede ser un bote con remos, aunque la idea puede nombrar a una nave más grande con vela o incluso con motor.
Las canoas, las piraguas y los kayaks forman parte del conjunto de las embarcaciones pequeñas que se impulsan, por lo general, a través de remos. Si nos centramos en las embarcaciones de mayor porte, en cambio, podemos hablar de barcos, buques, cruceros o navíos, entre otras.
Párrafo aparte merecen los submarinos. En este caso, la embarcación puede sumergirse para trasladarse bajo la superficie acuática.
Embarcaciones famosas
Muchas embarcaciones han logrado trascender las fronteras y las épocas. Entre las más conocidas se encuentran las carabelas usadas en la expedición de 1492 liderada por Cristóbal Colón que llevó a los europeos, por primera vez, al continente americano: la Pinta, la Niña y la Santa María.
El Mayflower, por otro lado, fue el barco que trasladó a los Padres Peregrinos desde el territorio inglés hasta el suelo estadounidense. Dicha travesía realizada en 1620 suele ser mencionada como el punto de partida para el nacimiento de los Estados Unidos.
También hay embarcaciones que alcanzaron la fama por la tragedia. Cuando el Titanic zarpó del puerto de Southampton en 1912 con destino a Nueva York, era el barco de pasajeros más grande del mundo. El transatlántico se hundió en aquel viaje inaugural tras impactar contra un iceberg, un accidente que le costó la vida a casi 1500 personas.