Se suelen embeber las galletas dulces en una infusión para ablandarlas al absorber el líquido.
El vocablo latino imbibĕre llegó al castellano como embeber. La Real Academia Española (RAE), en su diccionario, reconoce más de una decena de significados del término.
TemasAbsorber o empapar
La primera acepción refiere a lo que hace un objeto sólido cuando absorbe un líquido. Embeber también consiste en empapar un elemento permeable o poroso con un líquido, una acción frecuente en el terreno de la gastronomía.
Por ejemplo: “Para preparar el pastel, primero hay que embeber las galletas en leche”, “Al embeber el bizcocho en café, se vuelve mucho más blando”, “Si quieres desinfectar la pantalla, puedes embeber un algodón en alcohol y luego pasarlo por la superficie con cuidado”.
A lo largo de estas tres oraciones de ejemplo podemos apreciar diferentes usos de la palabra embeber, incluso cuando se encuentren dentro del mismo ámbito. Tal es el caso de las primeras dos, ya que embeber un ingrediente para afetar el resultado general de una receta no es lo mismo que hacerlo con un producto ya terminado, como puede ser un bizcocho. En el primero, la acción puede volver la mezcla más homogénea, independientemente de la consistencia final, mientras que en el segundo se lleva a cabo para facilitar la consumición de un plato.
La tercera oración no habla de ablandar un producto, ni tampoco de un plato gastronómico. El algodón se embebe (o se empapa) en alcohol con la intención de limpiar un dispositivo, en este caso una pantalla, pero el objetivo es retener el alcohol, ya que es éste el producto que servirá para remover la suciedad, y el trozo de algodón es poco más que un canal o un medio.
Otras acepciones
La idea de embeber, por otro lado, se emplea para aludir a meter o encerrar una cosa dentro de otra. Incluso puede usarse con referencia a incorporar un elemento inmaterial en otro.
Cuando se recoge una parte de un objeto en él mismo para achicarlo o cuando algo se encoge puede hablarse de embeber: “Debería embeber el vestido para que no me quede tan largo”, “El agua caliente puede embeber determinadas fibras textiles”.
Entregarse apasionadamente a una actividad o leer y aprender profundamente sobre un tema son otras acciones que pueden mencionarse como embeber: “Si el tiempo me lo permite, en el viaje me voy a embeber en el arte italiano”.
Incrustar elementos informáticos
En el ámbito de la tecnología, por último, embeber supone incrustar un código de un lenguaje de programación en otro. Así es posible insertar contenidos de una plataforma en otra diferente: embeber un video de YouTube en WordPress, embeber una imagen de Flickr en Blogger, etc.
Embeber un paño en alcohol es empaparlo.
En este caso nos encontramos frente a un vicio del lenguaje, más precisamente un préstamo, ya que el término ya existía pero no tenía el significado específico de su actual equivalente en inglés, embed. De todos modos, si nos enfocamos únicamente en la acción que representa, se trata de una muy común en el diseño de páginas web actual, donde se combinan muchos elementos de diferentes orígenes, que deben coexistir y, más importante aún, comunicarse entre sí para ofrecer una experiencia coherente al usuario.
Incrustar un elemento en otro puede parecer fácil desde un punto de vista práctico, si solamente tenemos en cuenta los pasos a seguir en ciertos programas accesibles. Pero de fondo, la necesidad es volver compatibles dos cosas que fueron creadas en lenguajes diferentes, que tienen necesidades diferentes y que, en principio, no saben comunicarse entre sí. Dicho de otra manera, embeber un vídeo en una página programada en HTML, por ejemplo, exige el uso de una interfaz que les permita coexistir y que le dé al usuario la impresión de que son un todo, una unidad.
