Estigmatización es un término que no aparece en el diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto deriva de estigma, cuyo origen etimológico se halla en el vocablo latino stigma (referente a una marca que se hace en la piel).
Una marca difícil de borrar
Un estigma, por lo tanto, es una señal o una huella en el cuerpo. La noción además se usa simbólicamente respecto a la mala fama, una deshonra o una injuria. El verbo estigmatizar, por otro lado, hace mención a marcar a alguien, ya sea físicamente (con un metal caliente, por ejemplo) o de manera abstracta (mediante una infamia o afrenta).
A partir de estas definiciones, podemos retomar la idea de estigmatización. Así se denomina el proceso y el resultado de estigmatizar.
Para la sociología
Por lo general se habla de estigmatización en el ámbito de la sociología. Para esta ciencia, un estigma es una característica o un atributo que hace que el individuo que lo porta sea considerado como parte de un grupo inferior, inaceptable o negativo.
La estigmatización, en este marco, consiste en atribuir un rasgo de este tipo a una persona o a un grupo social. Los sujetos estigmatizados son discriminados y rechazados, pudiendo ser víctimas de agresiones verbales o maltrato físico. En algunos casos la estigmatización puede derivar en asesinatos.
Dado que se trata de un acto que suele realizar una comunidad hacia otra, por lo general una mayoría hacia una minoría, la sociología lo estudia para comprender no sólo su origen sino la forma en la que se propaga hasta convertirse en un fenómeno masivo. El punto de partida, al cual podríamos referirnos como «la semilla», suele ser el miedo, que da lugar a un odio infundado y deriva en un desprecio que ciega a quien lo siente, al punto de impedirle reconocer su error.
Si todo acabara en un sentimiento de una sola persona hacia otra, sería más fácil de corregir y erradicar. Sin embargo, el odio se esparce exponencialmente y de manera imposible de controlar hasta alcanzar países enteros. No existe mayor influencia que la de los padres en sus hijos, y este lazo es un canal por el cual se propaga la estigmatización de forma infalible. Por esta razón, crecemos sintiendo rechazo hacia otras razas y grupos de gente a quienes no hemos conocido.
Motivación de quien estigmatiza
Aquel que estigmatiza se encarga de deshumanizar al estigmatizado, a quien suele tomar como una amenaza. Puede entenderse que, en este proceso, el estigmatizador busca reforzar su autoestima, además de hacer culpable de sus males al estigmatizado.
Veamos lo ocurrido con la pandemia de coronavirus. Muchos especialistas advirtieron acerca de la existencia de una estigmatización de aquellas personas que contraen COVID-19: más allá de lo sanitario, se las señala como responsables de la propagación del virus y se las califica como peligrosas.
En dicho contexto también tuvo lugar la estigmatización de las personas provenientes de China, país en el que supuestamente se originó el virus. Esta idea dio lugar a una ola de agresión de variada gravedad, sin distinción de edad ni sexo. Esta oscura página de nuestra historia es una oportunidad para entender el alcance que puede tener una actitud tan lamentable e injusta.
Retomando la motivación de quien estigmatiza, en un caso de interés mundial es posible analizar diferentes capas. A grandes rasgos, podemos decir que los gobiernos que se apoyaron en esta idea de que «la culpa la tuvo China» seguramente se hayan beneficiado restándole algo de poder e influencia, dado que se trata de una potencia. El pueblo, por otro lado, puede haberse sumado a la tendencia de estigmatización para sentirse parte de un grupo y calmar su miedo a enfermarse.