La etimología del término etiología nos lleva al vocablo griego aitiología. A nivel general, puede decirse que la etiología es el estudio de las causas de algo.
La noción suele emplearse en el ámbito de la medicina para aludir al estudio de las causas de las enfermedades. La etiología, en este marco, analiza el origen de los trastornos de salud, indagando en los factores que los producen.
En la actualidad, se entiende que una enfermedad necesita tres factores para desarrollarse: un huésped (el organismo que se enferma), un agente (aquel o aquello que provoca el malestar o el daño) y un medio ambiente (el entorno). Los tres factores, de acuerdo a la etiología, deben ser concurrentes en espacio y tiempo para que la enfermedad se manifieste.
Un virus, una bacteria, un hongo o un parásito, por citar algunas posibilidades, pueden actuar como agentes, afectando a un ser humano (el huésped) que se encuentra en un ámbito determinado. Una vez que la enfermedad se hace presente en la persona, es importante recurrir a la etiología para conocer sus causas ya que esa información ayuda a definir el tratamiento.
La etiología también reconoce que los factores pueden ser facilitadores, predisponentes, potenciadores o desencadenantes. Según el sexo, la edad, las condiciones habitacionales y la nutrición, un individuo puede tener mayor o menor probabilidad de contraer determinadas enfermedades.
Ya en la época de Hipócrates de Cos, un importante médico griego que vivió en el siglo de Pericles, los médicos hacían a sus pacientes tres preguntas claves para dar comienzo a la elaboración de la historia clínica:
* ¿Qué le ocurre?
* ¿Desde cuándo?
* ¿Cuál cree que sea la razón?
Dicho en otras palabras, el médico le da al paciente la oportunidad de expresar su opinión acerca de la causa de su malestar. En el sigo XIX, el químico Louis Pasteur y el biólogo Claude Bernard, ambos oriundos de Francia, representaron dos puntos de vista que la medicina llevaba estudiando desde hacía muchísimo tiempo: la causa de una enfermedad es un solo factor; la causa surge de varios factores que actúan de manera simultánea.
De este modo se fue forjando la base de la etiología, que como todas las creaciones del ser humano atravesó diferentes etapas. Bernard se enfocó en los factores ambientales, internos y externos; su teoría defendía que la enfermedad surgía por haber perdido el equilibrio interno, algo que suele ocurrir por una larga lista de factores.
Por su parte, Pasteur dedicó sus esfuerzos a descubrir qué papel jugaban las bacterias en la aparición de una enfermedad, y para ello relacionó varias enfermedades con ciertos microbios. Sus teorías fueron aceptadas ampliamente gracias a que fuera capaz de demostrar varias de estas relaciones.
Esta discusión, que cimentó las bases de la etiología, se inclinó en favor de Pasteur, y de este modo los médicos comenzaron a aceptar que las enfermedades son causadas por microbios específicos. Un científico alemán llamado Heinrich Hermann Robert Koch fue quien formuló el concepto de etiología científica, propiamente dicho.
La biología avanzó mucho durante el siglo XIX gracias al desarrollo de la tecnología enfocada en la medicina, que dio lugar a la creación de instrumentos de diagnóstico como el estetoscopio y aparatos para medir la presión arterial, además de promover la sofisticación de la cirugía. Este crecimiento colaboró con la definición de la etiología, ya que les brindó a los médicos más herramientas para encontrar las causas de las enfermedades, sin olvidar que también potenció la efectividad de los tratamientos.
Es importante no confundir etiología con etología: este último término alude a la especialidad de la biología que se dedica a estudiar cómo se comportan los animales.