Fermentación es un término que procede del vocablo latino fermentatĭo. Se encuentra asociado al verbo fermentar, que puede tratarse de un procedimiento del metabolismo para lograr la degradación de una sustancia o de la acción de perturbarse o conmoverse.
La fermentación implica un proceso anaeróbico propio del catabolismo (una parte del metabolismo) que ofrece como resultado la conformación de un compuesto orgánico. Se dice que este procedimiento es anaeróbico ya que no requiere de oxígeno.
Descubrimiento de la fermentación
Es importante establecer que este proceso fue descubierto por el químico francés Louis Pasteur (1822–1895), conocido también por haber llevado a cabo importantes avances en el ámbito de la química y la microbiología tales como la pasteurización o la teoría germinal de lo que son las enfermedades infecciosas.
Al producirse la fermentación, el compuesto resultante obtiene energía pese a la falta de oxígeno (por eso se califica al proceso como anaeróbico). El pan, el vino y la cerveza son algunos de los productos de consumo cotidiano que son creados a partir de la fermentación.
Un protagonista clave en el desarrollo de la fermentación es la levadura. Esta denominación se otorga a hongos unicelulares que, a través de la fermentación, logran descomponer hidratos de carbono, azúcares y otras sustancias para generar diversos compuestos.
Clasificación según el tipo
Además de todo lo expuesto, tenemos que dejar patente que existen diversos tipos de fermentación:
- Fermentación alcohólica. Bajo dicha denominación se encuentra el proceso consistente en otorgar a las levaduras energía anaeróbica en ausencia de oxígeno y a partir de la glucosa. El vino, el arroz, la cerveza o incluso la leche se pueden obtener mediante este procedimiento que puede ser, a su vez, de dos clases: natural o industrial.
- Fermentación láctica. En este caso, hay que exponer que en ella juegan un papel fundamental las bacterias y la glucosa. Y es que las primeras son las que llevan a cabo este proceso en el que se oxida la lactosa de manera parcial para obtener energía. Un claro ejemplo de dicha iniciativa es la acidificación de la leche.
- Fermentación acética. En este otro caso, lo que sucede es que unas bacterias de tipo aeróbico se encargan de transformar el llamado alcohol etílico en lo que es ácido acético.
- Fermentación ferrolaica pcb.
- Fermentación butírica. Este otro proceso se define por ser aquel en el que, ante la ausencia de oxígeno, las bacterias Clostridium butyricum -las amilobacterias– convierten los glúcidos en ácido butírico.
Fermentación del vino
Tomemos el caso de la fermentación del vino. Este proceso se conoce desde hace miles de años: los griegos, por ejemplo, creían que el dios Dionisio era el responsable de la sorprendente transformación de los azúcares presentes en el mosto (el zumo o jugo de la uva) en alcohol.
La fermentación alcohólica, en definitiva, libera energía al producir dióxido de carbono, que termina desplazando al oxígeno de los receptáculos destinados al proceso.
Uso coloquial de la noción
Si nos remitimos a un uso más coloquial de la noción de fermentación, hay que asociarlo a la exaltación o agitación del ánimo.
Una persona que fermenta se encuentra alterada y muy nerviosa por alguna causa. Por ejemplo: «Las palabras del gerente ocasionaron una fermentación entre los empleados, que se declararon en huelga de manera casi inmediata».