Fertilizar es un término que se forma con el adjetivo fértil y el sufijo -izar. Lo fértil es muy productivo o tiene la capacidad de reproducirse; -izar, en tanto, permite la formación de verbos cuya acción tiene un resultado que implica el significado del adjetivo o del sustantivo de base.
De este modo, podemos decir que fertilizar es un acto que propicia que algo se convierta en fértil o se vuelva más fértil. El concepto suele usarse respecto a la tierra, aunque también puede emplearse como sinónimo de fecundar (la unión del gameto masculino al gameto femenino).
Fertilizar el suelo
La fertilidad del suelo está vinculada a su capacidad para favorecer el crecimiento de las plantas. Así, un suelo fértil es aquel que, por sus características, posibilita que las especies vegetales se desarrollen y subsistan.
Lo habitual es que la idea de fertilidad se asocie a la agricultura. Para los productores agrícolas, es indispensable que el suelo sea fértil; de lo contrario, no es posible la producción a gran escala.
Generalmente no alcanza con la fertilidad natural de la tierra, sino que se desarrollan distintas acciones para incrementar esa fertilidad. La intención es que el suelo aporte el agua y los nutrientes que las plantas necesitan y que carezca de elementos tóxicos que puedan atentar contra su crecimiento.
Para fertilizar un terreno, se suele apelar a fertilizantes. Se trata de sustancias que, como su nombre lo indica, fertilizan. De todas formas, la profundidad y el drenaje del suelo y la exposición a la luz solar son otros de los factores que inciden en la fertilidad.
Uso de fertilizantes
Decíamos que, para fertilizar el suelo, se usan fertilizantes, también llamados abonos. Es posible diferenciar entre los fertilizantes orgánicos (de origen vegetal o animal) y los fertilizantes inorgánicos (de origen mineral).
Lo que hacen los fertilizantes es poner nutrientes al alcance de las plantas. Algunos ofrecen un único nutriente (los abonos simples), mientras que otros brindan una combinación de varios elementos (los abonos compuestos).
Problemas al fertilizar
Es importante mencionar que, al fertilizar el suelo, pueden generarse distintos efectos negativos. El uso de fertilizantes puede contaminar el agua, por mencionar una posibilidad.
Otros inconvenientes que pueden provocar los fertilizantes son un aumento de la erosión, la emisión de gases de efecto invernadero por su degradación y la alteración de las propiedades de los alimentos.
No solo la aplicación de los fertilizantes puede causar daños. La producción de estas sustancias también resulta contaminante en muchos casos.
La importancia de una gestión responsable
Más allá de las consecuencias adversas y de los riesgos mencionados, fertilizar el suelo contribuye a mejorar la productividad agrícola. La práctica, pues, hace que haya más alimentos disponibles para las personas, algo clave para reducir el hambre (aunque lo esencial, de acuerdo a los especialistas, es la distribución o el reparto de dichos alimentos).
Dado que fertilizar es un proceso indispensable, resulta imprescindible hacerlo garantizando la sostenibilidad ambiental y la seguridad. Se puede potenciar la producción agrícola sin degradar las propiedades químicas y físicas del suelo, evitando así la erosión.