La noción de festival, cuyo origen etimológico se halla en la lengua inglesa, alude a una celebración o un festejo. Por lo general se trata de un evento que incluye diversas manifestaciones artísticas.
Por ejemplo: «Mañana se llevará a cabo un festival de rock en el centro cultural municipal», «Me encantaría que mi película compitiese en el Festival de Cannes», «Un grupo de vecinos trabaja en la organización de un festival a beneficio de las víctimas de la inundación».
Los festivales suelen ser encuentros culturales. En un lugar destacado (un escenario, un atril, etc.), los protagonistas muestran su arte, ofrecen conferencias, presentan obras o realizan otras actividades, que son seguidas por el público. Hay festivales con entrada libre y gratuita mientras que otros exigen un pago a cambio del acceso.
Las características de los festivales son muy variadas. En algunos se desarrollan concursos o competencias, donde un jurado o los asistentes eligen a los ganadores. Ese es el caso del Festival Internacional de Cine de Venecia (Italia) o el Festival de la Canción de Eurovisión, por mencionar dos acontecimientos de este tipo.
Esta es una de las formas que adquiere el concepto de festival, y se destaca por el espíritu de competencia que invade a sus participantes, tanto a aquellos que luchan directamente por obtener los premios como a los cientos y miles de seguidores que los apoyan desde fuera. En los festivales deportivos es común que los enfrentamientos se den entre equipos, y esto potencia ese sentimiento de pertenencia y de unión que los caracteriza.
El caso particular de Eurovisión es diferente, ya que allí también participan individuos, y esto genera otra dinámica: mientras ellos se esfuerzan por alcanzar la cima de la competencia y obtener la victoria, millones de personas de muchas partes del mundo las siguen paso a paso y les envían su energía positiva por los diferentes medios de comunicación disponibles en la actualidad. Es inevitable que surjan los favoritos y que se formen diferentes bandos, cada uno de los cuales desea la victoria para un cantante distinto.
Otros festivales se basan en los espectáculos o en los puestos (stands) que se instalan en el predio. El Festival de Woodstock que se desarrolló en agosto de 1969 está considerado como uno de los más importantes de la historia. The Who, Joe Cocker, Joan Baez, Santana, Neil Young, Creedence Clearwater Revival, Grateful Dead, Janis Joplin y Jimi Hendrix fueron algunos de los cantantes y de las bandas que actuaron en él. Más cerca en el tiempo, el Festival de Lollapalooza se convirtió en uno de los más reconocidos del mundo.
La influencia de dichos artistas es innegable, ya que ha trascendido los límites geográficos y temporales para inmortalizarse en casi todo el mundo, incluso en géneros musicales que ellos no abordaban.
Fuera del mundo de la música, los festivales también tienen lugar en el ámbito de los videojuegos, una de las formas de arte y entretenimiento más importantes de nuestra era. En este caso, puede ocurrir de varias maneras, entre las que destacan dos: como un evento del cual participan millones de personas de varias partes del mundo o como uno que se da entre cada jugador y una serie de personajes controlados por el ordenador.
En ambos tipos de festivales, sobra decir que el mundo en el que se sitúan no es real sino virtual: ya sea que haya sido construido a base de polígonos tridimensionales, de gráficos bidimensionales o que no sea visual sino que se describa mediante contenido textual, no estas celebraciones no se ubican en ningún punto geográfico sino en territorios creados por el ser humano.