El adjetivo fiable se utiliza para calificar a aquel o aquello que brinda seguridad, ofrece garantías o resulta confiable. Puede tratarse de una persona, un objeto, un procedimiento, etc.
Por ejemplo: “Necesito un contador fiable que me ayude a organizar las cuentas de la empresa. ¿Conoces a algún profesional para recomendarme?”, “No voy a publicar nada al respecto hasta no recibir información fiable: no quiero que nos equivoquemos”, “El mecánico me dijo que este camión tiene un motor muy fiable”.
La palabra fiable se usa especialmente en España, mientras que en América Latina se prefiere confiable. Si bien se trata de sinónimos, algunos diccionarios aseguran que la primera incluye a la segunda en cuanto a que hablan de algo o alguien «dignos de confianza» pero también tiene la connotación de que la cosa o el sujeto fiables «ofrecen buenos resultados y una cierta seguridad«.
Ejemplos de personas y cosas fiables
En un individuo fiable es posible confiar. Supongamos que una mujer que vive sola tiene pensado irse de vacaciones. Ante esta situación, decide dejarle la llave de su casa a un vecino para que éste pueda regar las plantas y controlar que esté todo en orden. La mujer optará por entregarle la llave a aquel vecino que le parezca más fiable: es decir, que no crea que pueda robarle o abusar de su confianza.
Un producto fiable, por otra parte, es aquel que no suele fallar y que, por lo tanto, se espera que funcione correctamente durante mucho tiempo. Un automóvil fiable, en este marco, no se descompone con frecuencia ni suele requerir asistencia mecánica.
En la actualidad es cada vez más difícil encontrar productos fiables, incluso dentro de los más caros. A diferencia de lo que ocurría hace unas décadas, hoy en día es muy rara la dedicación a la hora de acabar un producto: los materiales suelen ser mucho más frágiles, el control de calidad ya no es tan estricto y existe un gran porcentaje de unidades defectuosas que llegan a las tiendas. Esto se debe a varias razones, entre las que destaca la necesidad de lanzar nuevos artículos con una mayor frecuencia que antes.
El caso de los teléfonos
Tomemos el caso de los teléfonos móviles, uno de los productos más vendidos de la actualidad. En primer lugar, cabe recordar que el modelo de mercado en el que se apoyan las empresas de telefonía es muy particular: ofrecen las unidades a precios altísimos pero con la comodidad de abonarlos en muchas cuotas sin ninguna garantía, sino simplemente firmando un contrato a largo plazo. Esta oportunidad nos resulta irresistible todos los años, cuando salen los nuevos terminales, pero ¿qué ocurre si no renovamos el nuestro?
Estos productos están entre los que más fallos presentan en las primeras semanas de uso, y los que más se deterioran a penas unos pocos años después de su adquisición. ¿Podemos decir que los teléfonos móviles son productos fiables? La respuesta es compleja, ya que no es justo generalizar, pero es cierto que incluso las primeras marcas ofrecen muchas veces acabados que dejan mucho que desear, y que resisten los doce meses que las compañías necesitan para lanzar un nuevo modelo.
Métodos fiables
Muchas veces también se habla de métodos o mecanismos fiables. Para saber si una mujer está embarazada, un método fiable es la prueba que analiza la orina en busca de la hormona gonadotropina coriónica humana, producida solo cuando hay embarazo. Aunque existen los “falsos positivos”, este método se considera fiable ya que su margen de error es reducido (suele tener un 99% de efectividad).
Si bien en cada ámbito profesional y científico existen determinados métodos fiables que son conocidos por todos, este concepto no está sujeto a ninguna jerga, ya que cualquier persona tiene la libertad de llamar de este modo a un procedimiento que le funcione con mucha frecuencia y que le ofrezca los mejores resultados posibles.