Fijo es un adjetivo que permite nombrar a lo que está firme, estable, inmóvil o asegurado. El término proviene del latín fixus. Por ejemplo: “Compré un nuevo teléfono fijo para mi casa”, “Hace dos años que no tengo un trabajo fijo”.
La noción de fijo puede utilizarse en sentido físico para señalar a aquello que no puede moverse. Lo que está fijo ocupa un lugar determinado: en ocasiones, si se traslada, pierde su función o utilidad (como algún aparato eléctrico que, si se mueve demasiado y se desconecta, deja de funcionar). El verbo fijar hace alusión a una serie de acciones que inmovilizan un objeto, tal como un estante, un espejo o un cuadro; en este caso, es necesario el uso de otros elementos, que pueden ser clavos, tornillos y escuadras, entre muchos otros.
Lo fijo como aquello que es estable
Fijo también puede usarse en sentido simbólico para indicar una cierta estabilidad o persistencia.
Es habitual hablar de trabajo fijo o contrato fijo para distinguir a una determinada modalidad de empleo, que difiere de los trabajos eventuales. También se hace mención a relaciones fijas (formales) o a actividades fijas (periódicas).
Distintos tipos de contratos
A menudo la gente se pregunta qué tipo de contrato laboral es más conveniente, dado que no todos tienen las mismas necesidades y es posible que tanto el contrato a término fijo como el indefinido ofrezcan ventajas y desventajas a diferentes personas. Veamos a continuación las características generales de ambas modalidades.
Un contrato fijo, tal y como se puede apreciar en su nombre mismo, establece un vínculo con una duración determinada, con un comienzo y un final definidos expresamente. El indefinido, de manera opuesta, no indica una fecha de cierre. En ambos casos, por otro lado, se imponen las mismas obligaciones con respecto al pago de los aportes, las prestaciones y la seguridad social, entre otras exigencias legales.
Además, las obligaciones de pago que se desprenden de una contratación laboral deben cumplirse independientemente del plazo efectivo de la relación.
Desde el punto de vista de un empleador, una desventaja que puede observarse en las condiciones del contrato a término indefinido es que no da al contratante la posibilidad de cesar la colaboración cuando así lo desee, a menos que posea pruebas fehacientes del mal rendimiento de un empleado, y que sus faltas justifiquen el despido ante la Ley; no se considera aceptable, por otro lado, quitar el puesto de trabajo a alguien por cuestiones personales o por problemas económicos de la compañía.
Cuando se firma un contrato fijo, el empleador sí cuenta con el poder de negarse a renovarlo, siempre que avise al trabajador cumpliendo el plazo de antelación mínimo establecido en el documento mismo, según las leyes laborales vigentes. Las razones de un despido no siempre están relacionadas con el mal rendimiento por parte del empleado; a menudo sucede que las empresas se ven obligadas a recortar presupuestos, y en este caso sí es posible basarse en la falta de dinero para finalizar una colaboración.
Cabe mencionar que ambos tipos de contrato contemplan la existencia de un período de prueba, durante el cual la parte contratante tiene el derecho de prescindir del trabajo del empleado si su desempeño no resulta satisfactorio; en esta etapa, el aviso de despido puede darse de un momento a otro.
Otros usos del término fijo
En algunos países, como Argentina, Uruguay o Venezuela, fijo es un adjetivo que se usa para resaltar que una información es pretendidamente cierta sobre un asunto posible o eventual.
Se utiliza en el habla informal, en lugar de expresiones tales como «te lo aseguro» («vamos a conseguirlo, fijo») y en reemplazo de «verdad irrefutable» («no va a volver nunca, es una fija»). En Cuba, por último, se denomina fijo al arpón que se usa para capturar peces.