Una filmoteca es un espacio que atesora filmes para exhibirlos y para permitir su estudio. En ocasiones, el término se refiere específicamente a la sala donde se realizan las proyecciones.
Cabe recordar que un filme es una película: una cinta con imágenes que, al ser proyectada en una pantalla, genera la ilusión de movimiento. Por extensión, se llama filme o película a la obra cinematográfica.
Puede decirse que una filmoteca, también nombrada como cinemateca, es un archivo que se especializa en la conservación, la restauración, la catalogación y la exhibición de documentos cinematográficos. Su acervo, por lo tanto, está compuesto por materiales audiovisuales y por dispositivos y máquinas vinculados a ellos.
Es importante mencionar que, por lo general, las filmotecas proyectan películas de interés cultural o educativo. A diferencia de las salas de cine convencionales, no suelen presentar estrenos ni filmes que apuntan solo al entretenimiento.
Muchas veces las filmotecas organizan ciclos para acercar el trabajo de grandes cineastas al público. De esta manera, se muestran diferentes filmes de un mismo director a lo largo de distintas jornadas.
La Filmoteca Española, fundada como Filmoteca Nacional en 1953, es un ejemplo de este tipo de instituciones. Forma parte de la órbita del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) de España y tiene su sede en Madrid.
En 1960, en tanto, nació la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su finalidad es conservar y difundir la memoria fílmica mexicana.
Muchas filmotecas se agrupan en la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF), una entidad creada en 1938. La base de esta organización se encuentra en Bruselas, la capital de Bélgica.
Si buscamos este término en el diccionario de la Real Academia Española, encontraremos también una acepción cuyo uso es relativamente frecuente en el habla cotidiana: «colección o conjunto de películas». Esto despoja el significado de un espacio físico donde almacenarlas o reproducirlas, ya que se enfoca únicamente en los artículos en sí mismos, independientemente del formato.
En el habla cotidiana, dependiendo de la región y de la edad de los hablantes, es posible encontrarse con esta palabra o, más comúnmente, con videoteca, filmoteca o, aunque sea incorrecta en este contexto, biblioteca. Sí, esta última se define como «una colección o un conjunto de libros», pero no es raro verla en otros ámbitos, tanto para hablar de películas como de videojuegos (en este último caso lo correcto sería decir ludoteca).
Dado que hasta finales de los años 90 las películas se distribuían principalmente en formato físico, ya sea en cassette o en disco, la gran mayoría de los amantes del cine cuentan con una colección privada en las estanterías de sus casas. Sin embargo, el furor de las plataformas on-line que permiten el alquiler o la compra de películas en formato digital ha llevado a millones de personas a optar por este método por cuestiones de comodidad.
La calidad de imagen es uno de los factores claves a la hora de crear o mantener una filmoteca. A su vez, en esto puede repercutir el formato: un cassette, por ejemplo, se deteriora con el uso y el paso del tiempo ya que la lectura es analógica, mientras que un disco óptico (como ser un Blu-ray o un DVD) ofrece siempre la misma calidad de imagen, porque la información se almacena de forma digital y no hay un desgaste físico al leerla.
En el caso de los servicios de streaming, las mencionadas plataformas que ofrecen el alquiler o la compra de contenido a través de Internet, tampoco hay un desgaste. Sin embargo, si la calidad de la reproducción depende la conexión, es variable y puede dar resultados notablemente diferentes entre una sesión y otra. Formar una filmoteca con contenido remoto o en cinta, por lo tanto, son las dos opciones menos recomendadas.