La Real Academia Española (RAE), en su diccionario, señala que la etimología del término girola no está clara. El concepto se emplea en el terreno de la arquitectura, sobre todo en lo referente a los estilos gótico y románico.
Se llama girola a la nave que, en un templo, se ubica en torno al altar mayor. La girola, de este modo, está circundada por el ábside. Cabe destacar que la noción puede referirse a una nave individual o a un grupo de ellas.
La girola en su contexto
Para comprender con precisión qué es una girola, resulta necesario prestar atención a otros elementos relacionados. Lo primero que hay que tener en cuenta es que las girolas forman parte de los templos: construcciones que se destinan a un culto.
Se llama nave a un espacio que, en un edificio, se desarrolla a lo largo, entre arcadas o muros. En el caso específico de la girola, la rodea el ábside: un sector semicircular donde se ubican el presbiterio y el altar.
La girola es un sector que se popularizó en la arquitectura románica, entre los siglos XI y XIII. Con el tiempo se extendió también al arte gótico. De todos modos, hoy pueden encontrarse girolas en iglesias de diferentes estilos.
Su finalidad
El nacimiento de la girola está vinculado a un uso eminentemente práctico. Su desarrollo se asocia a la popularidad de determinados sitios de devoción que recibían a una enorme cantidad de peregrinos.
En este marco, miles de creyentes se acercaban a ciertas iglesias con el objetivo de venerar diversas reliquias. Así, apuntando a favorecer el tránsito de estas personas, se crearon esta clase de corredores, que también son conocidos como deambulatorios.
Gracias a las girolas, los fieles tenían la posibilidad de adorar las reliquias sin afectar el normal desenvolvimiento de las ceremonias que podían oficiarse en ese mismo momento en la iglesia en cuestión.
Es interesante indicar que las girolas se estructuraron de distintas formas. Por lo general, se levantan como una extensión de las naves laterales.
Ejemplos de girolas
Como se puede apreciar, las girolas están asociadas a las peregrinaciones. Especialmente en torno al siglo IX, se generó un fervor en lugares como Santiago de Compostela (España) y Monte Saint-Michel (Francia), con lo cual se hizo necesario contribuir a la circulación en el interior de los templos.
Varias iglesias del Camino de Santiago (como San Martín de Tours y Santa Fe de Conques), de este modo, cuentan con girolas. También aparecen estas naves en la Catedral de Segovia y en la Catedral de Burgos, por mencionar otros casos.
Una empresa argentina
Grupo Girola, por último, es una compañía que tiene su sede en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). La empresa se dedica a instalar y comercializar espacios publicitarios que se ubican en la vía pública.
De acuerdo a sus propios datos, sus productos tienen impacto en 16.000.000 de habitantes. Cada semana, entran en contacto con ellos cerca de 5.400.000 personas. La oferta del Grupo Girola incluye carteles, telones, vallas y otros recursos de publicidad que apuntan a alcanzar a un público masivo.