El gobierno corporativo es el entramado de estructuras, normas, procedimientos y prácticas que permiten llevar a cabo la dirección de una empresa. El concepto abarca los vínculos que se establecen entre el directorio, la gerencia, los accionistas y otras partes que tienen intereses en la gestión de la compañía.
Antes de avanzar, es importante indicar que la idea de gobierno puede aludir a la administración, el mando o el ejercicio de la autoridad. Corporativo, en tanto, hace mención a lo propio de una corporación: una empresa de gran tamaño o una organización gobernada por sus integrantes.
Lo que hace el gobierno corporativo es equilibrar las responsabilidades y el poder de todas las partes interesadas, propiciando el diseño y la aplicación de estrategias basadas en consensos. En este contexto, se apela a la ética y a la transparencia para prevenir eventuales conflictos.
Origen del concepto
El concepto de gobierno corporativo comenzó a emplearse décadas atrás en varias de las naciones con mayor desarrollo económico, como Estados Unidos, Australia y Alemania. La idea se fue forjando a partir de la pretensión de los accionistas minoritarios de las compañías de acceder a información sobre el estado de sus inversiones.
Ante esta realidad, los accionistas mayoritarios y los directivos empezaron a llevar adelante un proceso de apertura para dotar de transparencia la gestión y compartir información con todos los inversionistas.
Así surgió la noción de gobierno corporativo como un esquema que contempla la intervención de las partes interesadas en una empresa y que contribuye a la aplicación de prácticas corporativas más eficientes.
Principios del gobierno corporativo
El gobierno corporativo debe dotar de estabilidad y credibilidad a la firma. Su finalidad es promover el desarrollo de la entidad, generando riqueza pero actuando siempre de forma responsable.
De este modo, el gobierno corporativo se encarga de la protección de los derechos de los accionistas, garantizando un trato equitativo para la totalidad de los mismos. Igualmente reconoce los derechos que poseen otras partes interesadas, incentivando la cooperación entre ellas.
Comunicar con fidelidad el funcionamiento de la compañía es otra de las misiones del gobierno corporativo. La información sobre la administración y los estados financieros debe ser clara y tiene que transmitirse en tiempo y forma.
El equilibrio de poderes es una de las claves del gobierno corporativo. El consejo de administración debe controlar al equipo de dirección (compuesto por el director ejecutivo, el director de operaciones, el director financiero, etc.), mientras que los accionistas tienen que monitorear el desempeño del consejo de administración.
El gobierno de la empresa, en definitiva, se orienta a la protección de los activos corporativos, realizando la rendición de cuentas correspondiente y asegurando el pago de dividendos de las acciones a los inversores. Hay que subrayar que el gobierno corporativo tiene que funcionar de acuerdo a lo establecido en los estatutos de la empresa.
La estructura
La estructura del gobierno corporativo puede contar con diferentes actores. La composición varía según el rubro, las dimensiones y otras características de la empresa.
La junta directiva, por ejemplo, se forma con los propietarios, los inversores y los consejeros externos. Por lo general define las estrategias y asume la supervisión.
La asamblea de accionistas, por otro lado, tiene como integrantes a inversores. Su rol se basa en el estudio y la gestión de riesgos y en el análisis del rendimiento de las inversiones.
La dirección general o alta gerencia, por su parte, asume la ejecución de las tareas administrativas y lidera las acciones de control interno. Finalmente hay que mencionar a otras partes, como los acreedores y los clientes, que dan nacimiento a lo que se conoce como grupos de interés.
El gobierno corporativo y la estrategia de crecimiento
El gobierno corporativo suele apuntalar una estrategia de crecimiento. En este marco, puede trabajar para captar nuevas inversiones, realizar adquisiciones o llevar a cabo fusiones. Estas operaciones son sobre todo importantes en el caso de las empresas multinacionales.
Esa estrategia de crecimiento, por supuesto, no puede obviar el cumplimiento de las normas. Se debe considerar el derecho corporativo, respetando las leyes antimonopolio y el resto de las reglas que rigen las actividades. También es importante adecuarse a las normas internacionales de informes financieros y responder tanto ante una auditoría externa como a los requerimientos de auditores externos.
La buena gobernanza
Una buena gobernanza de la corporación genera numerosos beneficios. De acuerdo a los especialistas, cuando el gobierno corporativo es efectivo y eficiente se mejora la calidad de los procesos internos y se favorece la expansión en el mercado.
De igual forma, contribuye a agregar valor a la imagen de la empresa y logra la atracción de nuevos inversores. Estas cuestiones están directamente vinculadas a la transparencia y a la difusión de información veraz y confiable.
El gobierno corporativo también debe contemplar aquellas prácticas que se enmarcan en la responsabilidad social corporativa, que tiene en cuenta el impacto de la organización en el medio ambiente y en la sociedad en general. Dicha influencia resulta cada vez más relevante en la consideración de los grupos de interés.