El diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce diferentes significados del término gravimetría. El concepto puede aludir al análisis de la gravitación del planeta Tierra y a la medición de sus cambios en diferentes sitios.
La gravitación es la atracción universal que ejercen los cuerpos según su masa (la magnitud que refleja la cantidad de materia). Lo que hace la gravimetría, en este marco, es medir el campo gravitacional, también conocido como campo gravitatorio.
Por lo general la gravedad se mide en unidades de aceleración, como metro por segundo al cuadrado. De todos modos, también se puede emplear newton por kilogramo o recurrir a otras unidades.
Al dispositivo que usa la gravimetría para el desarrollo de sus mediciones se lo conoce como gravímetro. Se trata de un instrumento que permite conocer el campo gravitatorio local del planeta.
Estos gravímetros son acelerómetros que registran la aceleración descendente de la gravedad. Habitualmente disponen de resortes que producen un efecto opuesto a la fuerza de gravedad que incide sobre la masa.
La noción de gravimetría, por otro lado, alude al método cuantitativo que posibilita descubrir, al medir su peso, una cantidad de sustancia. La gravimetría, en este caso, implica pesar la sustancia eliminando la presencia de cualquier otro elemento que pueda interferir, para luego desarrollar un cálculo analítico en base a los pesos moleculares y atómicos.
Se trata del denominado análisis gravimétrico que se encuentra en el marco de la química analítica. Su objeto de estudio son muestras, de las cuales intenta averiguar la cantidad que hay de un radical, compuesto o elemento; para ello no sólo elimina las interferencias, sino que transforma el constituyente en un compuesto que pueda ser pesado.
El instrumento que se usa para este trabajo es la balanza analítica, y los resultados son altamente precisos. Para llevar a cabo los cálculos, los científicos de este campo se apoyan en los pesos atómicos y en los moleculares, sabiendo que las sustancias puras son de composición constante y haciendo uso de la estequiometría, el cálculo de las relaciones de cantidad que se dan entre los productos y los reactivos en el contexto de una reacción química.
El análisis gravimétrico usa más de un método, de los cuales podemos destacar los siguientes tres: por precipitación, por volatilización y por electrodeposición. El primero es una técnica clásica que se apoya en la elaboración de un sólido partiendo de una solución (lo que se conoce con el nombre de precipitación. Su composición química debe conocerse para calcular la cantidad de analito que había al inicio de la muestra; por lo general se usan relaciones estequiométricas para alcanzar este objetivo.
El método por volatilización consiste en medir los componentes que sean volátiles, o bien aquellos que puedan serlo. Si se evapora el analito y lo pasan por una sustancia absorbente pesada con antelación, se dice que el método es directo; si se lo volatiza y se pesa el residuo, en cambio, es indirecto. El primero nos arroja una ganancia de peso que se corresponde con el analito deseado, mientras que el segundo nos da una pérdida de peso equivalente al analito volatilizado.
Para el tercero, se depone un compuesto en el electrodo con el analito cuya cantidad se desea conocer. La diferencia de peso de los electrodos en los momentos previo y posterior a una reacción de reducción-oxidación en la solución, la cual se moldea para causar que el analito u otro compuesto que lo tenga en su composición se precipite.
Gravimetría también es el proceso que se aplica para separar la ganga (el material de desecho) de los minerales a través de medios mecánicos. Para esto se trabaja con las distintas densidades de los elementos.