La idea de guerra suele asociarse a un enfrentamiento armado entre dos o más países. Sin embargo, el concepto también puede emplearse para aludir a una pelea o a una pugna sin violencia física o explícita.
Se llama guerra fría a la discordia existente entre dos o más Estados que, sin recurrir a las armas, intentan infligirse daño mediante acciones de espionaje, presiones económicas o propaganda política. En una guerra fría, cada bando recurre a diversas estrategias para socavar el poder del otro.
La guerra fría entre el bloque capitalista y el bloque comunista
La idea suele asociarse específicamente a la lucha que entablaron los miembros del bloque capitalista (encabezados por Estados Unidos) y los integrantes del bloque comunista (con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como líder) tras la Segunda Guerra Mundial. La guerra fría, en este sentido, se inició en 1945 y se extendió hasta que la U.R.S.S. se desmembró.
A diferencia de lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial, en este periodo ninguno de los países tomó acciones directas contra otro (es decir, no hubo bombardeos ni ofensivas militares). Por eso se habla de guerra fría.
Ostentación de poder
Durante casi medio siglo, Estados Unidos y la U.R.S.S. intentaron demostrar su poderío a través de la industria, la ciencia y el deporte, entre otros ámbitos. Mientras que Estados Unidos fomentó golpes de Estado en Latinoamérica para extender su hegemonía política y económica, la U.R.S.S. apoyó revoluciones y gobiernos comunistas en distintas partes del mundo.
Tras la caída del muro de Berlín y la disolución de la U.R.S.S., las tensiones de la guerra fría se fueron diluyendo, con Estados Unidos y el bloque capitalista como grandes ganadores del conflicto.
El desarrollo de la guerra fría
Si bien la guerra había terminado y ni la Unión Soviética ni Estados Unidos tenían la intención de desatar otro enfrentamiento bélico, existían diversos motivos que aún los hacía chocar. Y no estamos hablando solamente de su poder adquisitivo, sino de la influencia que ambos deseaban tener en el resto de los países.
Precisamente, una de las razones que impulsó la guerra fría entre estas dos naciones fue la sed de control. No olvidemos que para reconstruir el continente europeo se ejecutó el denominado Plan Marshall, que se basaba en la entrega de grandes donaciones y la concesión de líneas de crédito a sus países. El crecimiento de Europa se oponía a la necesidad de los otros países de controlarlo todo.
Por otro lado, la Unión Soviética tenía el objetivo de promocionar el comunismo, una doctrina social, política y económica basada en una organización de la sociedad que elimina la existencia de la propiedad privada y de la división en clases, poniendo en manos del Estado los medios de producción y la distribución de bienes, para asegurar la atención de las necesidades de forma equitativa. Estados Unidos no tenía ninguna intención de adoptar ni apoyar el comunismo, y éste fue otro de los motivos que alimentaron la guerra fría.
La Unión Soviética también temía que Estados Unidos lanzara un ataque de manera espontánea, dado que había comprado armas atómicas sin motivo aparente. Esto los llevó a sospechar que hubieran instalado bases en el oeste de Europa. En definitiva, las razones del enfrentamiento rozaban más la falta de información y comunicación que los hechos puntuales.
El concepto en el lenguaje coloquial
En el habla cotidiana también es posible usar este concepto para hacer referencia a una situación que no tiene ningún vínculo con las relaciones entre los diferentes países, sino entre dos o más personas que deciden ignorarse por completo.
En este marco, se habla de «hacerle la guerra fría a alguien» para indicar una actitud centrada en no hacer caso de su presencia y en no prestar atención a sus palabras, algo que puede resultar extremadamente molesto y frustrante.