Homónimo es un adjetivo que permite hacer referencia a dos o más personas o cosas que llevan un mismo nombre. El término proviene del latín homonymus, que a su vez tiene su origen en un vocablo griego.
Partiendo de esa acepción también tenemos que subrayar que homónimo, por tanto, ejerce como sinónimo de tocayo. Así, tanto un término como otro se emplean para dejar patente que hay dos o más personas que tienen un nexo en común: comparten el nombre.
Por ejemplo: «El equipo argentino River Plate deberá enfrentarse a su homónimo de Uruguay». Esta frase refiere a un hipotético enfrentamiento entre el Club Atlético River Plate de Argentina, que tiene su sede en Buenos Aires, y el Club Atlético River Plate de Uruguay, con base en Montevideo. Ambos clubes son homónimos ya que comparten el mismo nombre.
Otro ejemplo: «Foo Fighters ha debutado con un disco homónimo». En este caso, el grupo de rock estadounidense Foo Fighters bautizó a su primer álbum con el nombre de la banda («Foo Fighters»). La banda y el disco en cuestión, por lo tanto, son homónimos.
Homónimos en el cine
En este sentido hay que decir que en el mundo del cine se hace uso con mucha frecuencia del término que ahora nos ocupa. Así, cuando se lleva a la gran pantalla una historia que se ha planteado previamente en una obra literaria se dice que la película está basada en la novela homónima.
Un claro ejemplo de ello es el siguiente: Tom Hanks protagoniza el film «El código da Vinci» que es la adaptación cinematográfica del libro homónimo escrito en 2003 por el norteamericano Dan Brown.
Distintos tipos
Los homónimos homógrafos son palabras se escriben igual pero significan cosas diferentes. «Don» es una de ellas. Puede utilizarse en oraciones como «Don Carlos me regaló diez pesos» o «Miguel no tiene el don de la humildad».
Los homónimos homófonos, en cambio, son palabras que coinciden desde el punto de vista fonológico y que pueden ser homógrafas o no: «María tuvo un accidente y no podrá venir a trabajar», «María se golpeó con un tubo y no podrá venir a trabajar».
La homofonía es, por tanto, la que determina que dos palabras homónimas se pronuncien igual pero se escriban de modo diferente.
Todo ello sin olvidar que también existe la homofonía dialectal. Esta se da en determinados rincones de la geografía española e Hispanoamérica y se produce como consecuencia de que las personas de dichos lugares llevan a la práctica acciones tales como el seseo o el ceceo. Así, por ejemplo, en algunas provincias de Andalucía se pronuncia «caza» tanto para la palabra caza como para el vocablo casa.
Los homónimos parciales son las palabras que se diferencian tanto por su significado como por su categoría gramatical, mientras que los homónimos absolutos comparten categoría gramatical pero se diferencian por su significado.
En ocasiones suele confundirse el término homónimo con el polisémico. Pero la diferenciación es muy clara. Y es que, mientras las palabras homónimas tienen un origen etimológico diferente entre sí, en el caso de las polisémicas hay que subrayar que cuentan con el mismo origen.