La identidad personal se construye a partir del vínculo que el sujeto establece con sí mismo.
Identidad es un término que proviene del latín tardío identĭtas, a su vez derivado del latín idem. El concepto puede hacer referencia al conjunto de las características que son propias de una persona o de un grupo. También se llama identidad a la conciencia que un individuo tiene de sí mismo.
La idea de personal, en tanto, tiene varios usos. En este caso, nos interesa su acepción como aquello vinculado a una persona o que le pertenece a ella.
A partir de estas definiciones, podemos centrarnos en la noción de identidad personal. Puede decirse que se trata de una construcción individual que surge del vínculo que un sujeto establece consigo, reconociéndose como una entidad autónoma y relacionándose con los demás de acuerdo a esta autopercepción.
TemasLa cuestión de la identidad personal
El concepto de identidad personal suele ser motivo de debate e incluso de reflexión filosófica. Se entiende que la identidad personal es algo que un ser humano mantiene en el tiempo, más allá de los cambios que atraviesa a lo largo de los meses, años o décadas.
Muchos pensadores se dedicaron a analizar qué condiciones deben estar presentes para afirmar que hay una línea invariable en el interior de la persona. Lo que se intenta es determinar qué se debe reconocer en la psiquis, la conducta, el comportamiento, etc., para sostener que un individuo es el mismo en un momento y en otro.
En este marco, se examinan cuestiones asociadas tanto a la sincronía como a la diacronía. Hay características que definen al sujeto en un instante determinado pero no en otros, mientras que diversos rasgos se conservan sin modificaciones.
La identidad personal se relaciona con la autopercepción.
La individualidad
La identidad personal es aquello que hace a la individualidad. Dicho de otro modo: es lo que permite señalar que una persona es alguien determinado (Juan Gómez, y no Mariano Pérez o Carlos Álvarez, por mencionar una posibilidad).
Por supuesto, esto trasciende a lo físico. Está claro que cada ser humano presenta determinadas características corporales, en su mayoría dadas por la biología pero que también se vinculan con el ambiente. La identidad personal no tiene que ver con lo corporal o genético, sino con la autopercepción de la persona y con el sentido que ésta construye en su interior.
Adolescencia e identidad personal
Suele indicarse que la identidad personal establece la trama que un sujeto “escribe” en su interior, donde entran en juego valores, experiencias y otros factores. Al posicionarse en un cierto lugar, delimita su pertenencia a determinados conjuntos y se desenvuelve socialmente según sus parámetros.
Los psicólogos señalan que la adolescencia es una etapa clave en la conformación de la identidad personal. Allí se conjugan cambios físicos con transformaciones emocionales y sociales que, a medida que el joven madura, dan forma a su personalidad. De esta manera, al llegar a la adultez, ya tiene su identidad personal establecida. En este proceso, se lleva a cabo una búsqueda y se experimenta hasta que se alcanzan esos rasgos que se hacen propios del ser y se conservan incluso cuando las modificaciones y la evolución no se detienen.
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