El vocablo griego eídōlon llegó al latín como idōlum, que en nuestro idioma derivó en ídolo. El concepto puede utilizarse para nombrar a la representación de una divinidad a la cual se le rinde culto.
Un ídolo, en este sentido, es una imagen venerada. Se trata de un objeto que representa o que contiene a una deidad, un espíritu o un demonio.
Los ídolos en la religión
El vínculo de las religiones con los ídolos varía en cada caso. Los católicos, por ejemplo, aceptan las imágenes, pero las toman como íconos (no se idolatra a la figura). El islam y el judaísmo, en cambio, no avalan las representaciones de Dios.
En el vudú y en el animismo, por otra parte, sí se cree en los ídolos y se realizan rituales con los elementos físicos, a los cuales se les atribuyen determinados poderes.
Hay quienes afirman que no adoran a un ídolo como cosa material, sino a aquello que representa. En este caso, se acepta que el ídolo no tiene vida, fuerza ni poder alguno en cuanto a su condición de objeto.
Alguien admirado o querido
Otro uso del término ídolo refiere al individuo que es admirado o querido por la gente. Los deportistas, los cantantes y los actores suelen ser ídolos de esta clase: «Lionel Messi es mi ídolo: tengo una colección de videos de sus mejores goles», «Cuando era chico mi ídolo era Freddie Mercury, el cantante de Queen», «La adolescente cubrió las paredes de su cuarto con pósteres de Luis Miguel, su ídolo».
Por lo general los ídolos convocan multitudes en sus apariciones públicas. Es habitual que sus admiradores les pidan que se hagan fotografías con ellos o que les firmen camisetas, discos, etc. Dependiendo del país de origen y del ámbito al que pertenezcan, las personas famosas que llegan a ser consideradas ídolos tienen una presencia regional, nacional o internacional.
Ídolos estadounidenses
Por lo general, las figuras que provienen de Estados Unidos tienen mucha más facilidad para alcanzar la fama a nivel internacional que el resto. Esto se debe a la innegable adoración que la mayoría de la gente siente por la cultura de ese país: tanto sus películas como su música y sus programas de televisión, sin dejar de lado el idioma que allí se habla, son objetos de adoración para personas de todo el mundo.
El peso que las estrellas norteamericanas tienen dentro y fuera de su país, por lo tanto, parece ser menos objetivo que el de los ídolos de otros países, si bien esta clase de adoración por una persona siempre se encuentra en el plano de lo subjetivo. De todos modos, las diferencias no terminan allí, ya que sus honorarios también son mucho más altos y esto acarrea que puedan acceder a un nivel de vida imposible de imaginar para sus colegas del tercer mundo.
Los clubes de fans
La relación entre un fanático y su ídolo puede cobrar muchas formas, que pueden o no verse influenciadas por las tendencias de la sociedad. En un extremo tenemos a quienes se unen a los denominados clubes de fans, donde realizan diferentes actividades para promocionar el trabajo de sus artistas favoritos. Algunos de estos grupos les dan a sus seguidores la oportunidad de conocer a sus ídolos, de acceder a sus trabajos unos días antes de su lanzamiento oficial o incluso de comprarlos a precios reducidos.
Por otro lado se encuentran quienes siguen a sus ídolos a su manera, sin adherir a las tendencias del momento. Por ejemplo, uno puede decir que una escritora es su ídola incluso si no sigue las presentaciones de sus libros ni le ha pedido jamás que le firme un ejemplar: basta con que la respete y la admire para que su afirmación sea válida.