El verbo imbuir hace referencia a inculcar o influir. El origen etimológico del término se encuentra en el vocablo latino imbuĕre.
Significado y ejemplos
Al acto de imbuir se lo menciona como imbuición o imbuimiento. De esta manera, si alguien logra “imbuir nuevas ideas en un pueblo”, por mencionar una posibilidad, se podría indicar que dicho individuo consiguió propiciar la “imbuición de nuevas ideas”.
Por ejemplo: “El entrenador buscará imbuir en los jugadores para que mantengan la motivación pese a que el torneo está casi definido”, “Con sus palabras, el presidente trató de imbuir confianza en la población”, “Pensé que pasar unos días en una playa solitaria me iba a imbuir algo de paz, pero me equivoqué”.
El primer ejemplo nos presenta la situación de un equipo deportivo que recibe inspiración y motivación por parte de su entrenador para continuar jugando con fuerza y determinación hasta el final del torneo, a pesar de que ya hayan alcanzado la victoria en más de una ocasión y estén próximos a completarlo. La segunda oración nos habla de un presidente que en un momento de crisis y falta de claridad con respecto a la situación del país se dirige a su pueblo para contagiarlo de confianza en el porvenir.
En este caso, imbuir es sinónimo de «transmitir», es decir de hacer una transferencia de energía, aunque más no sea simbólica, con la intención de que el receptor se sienta mejor. Por último llegamos al ejemplo de una persona que fue a una playa no muy concurrida con la intención de relajarse, de que ésta le imbuyese algo de paz, pero el resultado no fue como esperaba.
En contexto
Imbuir puede asociarse a infiltrar, inspirar o convencer. Tomemos el caso de un grupo de periodistas interesados en los problemas del medio ambiente. Estos profesionales de la comunicación buscan impulsar una agenda mediática donde las problemáticas vinculadas con la ecología tengan lugar en la televisión, la radio, los diarios y los portales de Internet. De acuerdo a estos comunicadores, la perspectiva ecologista debe imbuir la tarea de quienes trabajan en los medios de comunicación para que, con su labor informativa, contribuyan a concientizar al respecto.
Esta situación también nos habla de una estrategia que puede aprovechar el periodismo para influir positivamente en su público. En este caso en particular, se trata de concienciarlo acerca del cuidado del medio ambiente, algo que debería preocuparnos a todos, ya que la vida moderna tiene muchas características que van en contra del propio planeta. Claro que del mismo modo, un grupo de gente con presencia mediática puede divulgar mensajes negativos o nocivos.
Supongamos ahora que un joven planea comprarse un determinado modelo de automóvil y se lo comenta a sus amigos, quienes, al enterarse de su proyecto, comienzan a decirle que dicho vehículo suele tener problemas mecánicos, consume mucho combustible y es demasiado caro teniendo en cuenta las prestaciones que brinda. Luego de escucharlos, el muchacho se deja imbuir por esas opiniones y, tras la charla, desiste de la adquisición.
Este caso es menos claro en cuanto a la cualidad del mensaje con el que se imbuye al protagonista. Esto sucede porque, si bien la intención de sus amigos es claramente buena y desinteresada, los comentarios que le hacen son negativos, al menos en lo que a la calidad del coche que desea comprarse se refiere. De todos modos, podríamos decir que en todo mensaje que tiene como objetivo convencer a alguien de algo hay dos caras: una recomendación para que el resultado de sus acciones sea positivo y una advertencia de que si escoge otro camino le esperan consecuencias lamentables.