Se llama inacción a la ausencia de acción. La idea de acción, por su parte, alude al desarrollo, el resultado o la consecuencia del hacer (generar, producir o ejecutar algo).
La inacción, por lo tanto, se asocia a la quietud, la pasividad o la inactividad. Por ejemplo: «El futbolista debe sumar minutos de juego de a poco ya que viene de cinco meses de inacción por una lesión en su rodilla izquierda», «La inacción del gobierno ante el crecimiento de la inseguridad es alarmante», «Si los líderes mundiales mantienen su inacción, el calentamiento global seguirá avanzando».
Tomemos el caso de una ciudad que sufre un incremento progresivo del nivel de contaminación. Esto se debe principalmente a la falta de controles a las empresas industriales que arrojan sus desechos en un río y generan emisiones contaminantes durante todo el día. Los vecinos, preocupados por la situación, protestan por estos hechos, pero el alcalde no atiende sus reclamos, permitiendo que todo siga igual. Esta inacción por parte de las autoridades locales enoja a los pobladores, que reclaman medidas para proteger al medio ambiente.
Supongamos ahora que un policía se encuentra recorriendo un barrio cuando observa cómo dos delincuentes armados amenazan a una mujer para robarle su cartera. La víctima, aterrada, entrega sus pertenencias a los ladrones, que escapan corriendo ante la mirada del oficial que no interviene en ningún momento, no los persigue y ni siquiera da aviso de lo sucedido a sus compañeros. La inacción del policía es grave, ya que supone un incumplimiento de su deber.
Los ejemplos recién expuestos nos demuestran la presencia de un matiz en el significado del término inacción que lo presenta como un concepto mucho más amplio que la mera ausencia de acción, ya que nos habla del incumplimiento de una obligación moral o de la falta de compromiso para con los demás. No es lo mismo una máquina cortadora de césped apagada, en plena inactividad, que un policía negándose deliberadamente a ayudar a alguien en apuros.
Dicho esto, no es fácil encontrar un sinónimo que encierre en sí mismo este significado en toda su amplitud, ya que por lo general encontramos los siguientes dos: inactividad y ociosidad. Si bien el primero no parece aportarnos mucho a nivel semántico -y, de hecho, no serviría para expresar con claridad la gravedad que supone la inacción de un agente de policía-, la definición de ociosidad sí nos puede brindar ideas complementarias para entender en mayor profundidad el significado de inacción.
Una persona ociosa no tiene ninguna obligación, no hace nada, está desocupada. Este adjetivo también es sinónimo de inútil, de algo sin provecho, que no da fruto o bien que no se utiliza para cumplir la función que se le dio al momento de crearlo o que se le asignó una vez descubierto. Con todo esto, podemos retomar los ejemplos anteriores y notar que varias de estas acepciones responden correctamente a lo que representa la falta de acción por parte de un gobierno cuando su pueblo más lo necesita o del cuerpo de policía ante un asalto a mano armada.
En esta definición se esconde un detalle que puede parecer de poca importancia pero existe para sustentar su existencia: sólo podemos señalar la inacción de algo o alguien que tenga la posibilidad de actuar; no lo hacemos, por ejemplo, al hablar de una roca. En otras palabras, los objetos inanimados (aquellos que no tienen alma o que no dan señales de vida) no incurren en la inacción, ya que tampoco lo hacen en la acción. Esto también explica la decepción que surge cuando pensamos en lo que alguien podría haber hecho pero decidió quedarse cruzado de brazos.