En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término inapetencia que ahora nos ocupa. En concreto, es fruto de la suma de varios componentes léxicos de dicha lengua:
-El prefijo “in-”, que significa “no” o “sin”.
-El sustantivo “appetitus”, que puede traducirse como “hambre” o “ganas de comer”.
-El componente “-nte-”, que se usa para indicar a quien realiza la acción.
-El sufijo “-ia”, que se emplea para indicar “cualidad”.
Cuando una persona carece de apetito, tiene inapetencia. Esto quiere decir que el individuo en cuestión no siente ganas de ingerir alimentos o de satisfacer otras necesidades o pretensiones.
Por ejemplo: “La inapetencia es uno de los síntomas de la depresión”, “Advertí que mi perro no estaba bien por su inapetencia”, “Esta enfermedad provoca cefalea, dolores musculares e inapetencia”.
Desgana es también sinónimo de inapetencia, al tiempo que apetito o apetencia son antónimos del citado término que ahora nos ocupa.
La idea de apetito se vincula a un impulso instintivo. Por lo general se lo asocia a las ganas de comer, aunque también puede relacionarse al deseo sexual. La inapetencia surge cuando hay una falta de ese impulso.
Es importante tener en cuenta que la inapetencia puede tener causas orgánicas o psicológicas. Hay enfermedades que provocan la reducción del apetito: cuando la enfermedad es tratada y revertida, la inapetencia desaparece.
La insuficiencia renal crónica, el hipotiroidismo, la hepatitis y varios tipos de cáncer generan inapetencia. También lo hacen determinados fármacos que quitan el deseo de comer.
El estrés, la angustia y la tristeza, en tanto, son emociones y estados que pueden causar la inapetencia. En este caso, el origen del problema se encuentra en la mente y no en el organismo.
Cabe resaltar que, debido a la inapetencia, un ser humano puede perder peso y no contar con los nutrientes que necesita para mantenerse saludable. Por eso la falta de apetito es una cuestión que no hay que descuidar: si persiste en el tiempo, es necesario consultar a un médico.
En materia de alimentación, las mascotas también puede atravesar momentos de inapetencia. Esa situación se puede producir por causas tan dispares como una enfermedad, que están estresadas por un cambio de domicilio, que se encuentran en época de celo o que se les ha cambiado de alimentos.
En lo referente a la sexualidad, la inapetencia refiere a un nivel reducido de interés en mantener relaciones íntimas. El sujeto, de este modo, no siente deseo sexual.
En concreto, se considera que las mujeres pueden tener inapetencia sexual debido a causas tales como sentir dolor durante las relaciones íntimas, consumir drogas, tener fatiga, estar en la menopausia, sufrir estrés, tener baja autoestima, haber sufrido experiencias sexuales negativas en el pasado así como padecer ciertas enfermedades como el cáncer, la diabetes o incluso la artritis. Eso sin olvidar que también puede traer consigo esa inapetencia la ingesta de determinados fármacos o problemas de pareja.
Para poder acabar con esa inapetencia, el médico intentará encontrar la causa de la misma y en base a esa establecerá el tratamiento más adecuado.