Indagar es un verbo que procede de la lengua latina (indagāre). El término se utiliza para nombrar a la intención de conocer algo a través de una investigación o mediante preguntas.
Por ejemplo: “Los familiares del cantante piden indagar su muerte para determinar qué fue lo que ocurrió”, “El juez analiza indagar al padre de la joven”, “Los diputados de la oposición quieren indagar los contratos”.
Indagar en el derecho
En el terreno del derecho, la idea de indagar suele emplearse respecto a tomar declaración sobre un hecho que se está analizando. Una indagatoria, en este marco, consiste en la exposición de un sospechoso sobre la cuestión que se investiga.
Cuando una autoridad judicial se encarga de indagar a alguien, primero debe informarle al individuo de qué se lo acusa. Luego comienza a realizarle preguntas vinculadas al suceso investigado, dándole la posibilidad de que aporte pruebas o se defienda.
La persona citada para que preste declaración indagatoria puede negarse a comparecer ante el juez o puede elegir declarar a través de un escrito. Si el sujeto no está en condiciones físicas o psíquicas de declarar, la acción puede postergarse.
El juez, al terminar de indagar al sospechoso, tiene tres alternativas. Puede considerar que no hay elementos que vinculen a la persona con el hecho y, por lo tanto, proceder a dictar su sobreseimiento; puede dictaminar su procesamiento y llevarla a juicio; o puede estimar que todavía no es posible resolver el sobreseimiento o el procesamiento y, ante esta situación, solicitar que continúen las investigaciones. En este último caso, se habla de falta de mérito.
Aprendizaje activo
Existe un concepto llamado aprendizaje por indagación, que se define como una actitud frente a la vida que consiste en que cada individuo encuentre potenciales soluciones a los problemas que debe enfrentar por medio de la investigación activa desde su propio punto de vista. Esto se aplica específicamente en el ámbito de la enseñanza, donde el maestro debe estimular a los estudiantes a hacerse preguntas y hallar las respuestas.
El acto de indagar tiene un matiz que complementa la realización de preguntas en busca de respuestas: debe existir un interés genuino que impulse tal proceso investigativo. En el caso del aprendizaje por indagación, conseguir que los alumnos sientan este deseo de resolver los problemas y que no actúen de forma automática, simplemente porque sus maestros les exijan que lo hagan, es uno de los objetivos primordiales.
Etapas del proceso de indagar
El proceso de indagar puede dividirse en varias etapas, cada una con sus propias metas que nos ayuden a superarlas con éxito. En primer lugar se encuentra la necesidad de hallar preguntas relevantes. Para ello debemos saber qué queremos y necesitamos saber acerca del tema en cuestión, cuánto de este conocimiento ya ha sido descubierto y cómo hemos llegado a él. No debemos olvidar la forma de las preguntas, ya que nuestras dudas deben llegar al interlocutor de la manera más clara posible para que las respuestas sean satisfactorias.
En toda investigación debemos usar los recursos adecuados, y para ello es imperioso saber dónde hallarlos y cómo comprobar su validez. Los recursos pueden ser fuentes de estudio o contactos personales que nos puedan proveer las respuestas que buscamos. En cualquier caso, deberemos contrastarlas antes de finalizar el proceso.
Habiendo dado con las preguntas y la fuente, obtendremos una cantidad de datos que deberemos interpretar por medio de un riguroso proceso de filtración, a lo largo del cual dejaremos de lado todo aquello que no resulte útil o válido para la investigación. El último paso es la elaboración del informe, para lo cual deberemos reconocer el punto principal, el público al que lo dirigiremos, la conexión que existe entre sus diferentes partes y los medios que usaremos para plasmar el mensaje.