Antes de entrar de lleno en el significado del término inodoro, vamos a proceder a conocer su origen etimológico. En este caso, podemos subrayar que deriva del latín, exactamente de la palabra «inodorus», que es el resultado de la suma de los siguientes componentes léxicos:
-El prefijo «in-«, que se usa para indicar «no» o «sin».
-El sustantivo «odor», que puede traducirse como «olor».
-El sufijo «-ius», que se usa para indicar «relación».
La primera acepción de inodoro mencionada por la Real Academia Española (RAE) alude a lo que carece de olor.
Se llama olor a la sensación que un efluvio genera en el olfato. Lo inodoro, por lo tanto, no produce dicha impresión: no tiene ningún aroma o fragancia. Por ejemplo: «El monóxido de carbono es muy peligroso ya que, al tratarse de un gas inodoro, la gente no lo percibe y lo inhala sin darse cuenta», «Este producto tiene un revestimiento invisible e inodoro que lo vuelve impermeable», «Cuando está crudo es inodoro, pero al entrar en contacto con el fuego comienza a emanar un fuerte hedor».
El concepto de inodoro también se utiliza para nombrar al aparato sanitario que permite la evacuación de la orina y de las heces. A este artefacto, en algunas regiones se lo conoce como retrete, váter, escusado o excusado.
Ubicados en los cuartos de baño, los inodoros son utilizados por las personas cuando desean orinar o defecar. Estos dispositivos se instalan de manera tal que puedan enviar los desechos por una tubería o cañería de saneamiento, adonde son arrastrados hacia una estación depuradora de aguas residuales. Gracias a contar con un sifón, los olores desagradables de la cloaca no salen a través del aparato (de allí su nombre).
A la venta hay una larga lista de inodoros, entre los que podemos destacar los de tanque alto, los de tanque bajo, los suspendidos, los compactos, los portátiles…No obstante, entre los más significativos se encuentran, sin lugar a dudas, los inodoros japoneses.
Esos citados dispositivos asiáticos tienen la particularidad de incorporar chorros de agua internos con el claro objetivo de mejorar aún más si cabe lo que es la higiene personal. De ahí que se consideren unos modelos muy prácticos y funcionales que, poco a poco, van aumentando su demanda de forma considerable en todo el mundo.
Por lo general los inodoros están hechos con porcelana, aunque pueden usarse otros materiales impermeables. Debido a las bacterias y a otros microorganismos presentes en las evacuaciones, es importante limpiarlos y desinfectarlos con regularidad.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que una de las obras de arte más conocidas del francés Marcel Duchamp (1887 – 1968) es precisamente la de un inodoro. Bajo el título de «La fuente» se conoce a dicha obra, que se presentó de forma pública en el año 1917 bajo el seudónimo R. Mutt 1917 y que está considerada una de las más influyentes de todo el siglo XX.