Inteligencia emocional es un concepto popularizado por el psicólogo estadounidense Daniel Goleman que hace referencia a la capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos. La persona, por lo tanto, es inteligente (hábil) para el manejo de los sentimientos.
Para Goleman, la inteligencia emocional implica cinco capacidades básicas: descubrir las emociones y sentimientos propios, reconocerlos, manejarlos, crear una motivación propia y gestionar las relaciones personales.
El concepto
Del latín intelligentĭa, la noción de inteligencia está vinculada a la capacidad para escoger las mejores opciones en la búsqueda de una solución. Es posible distinguir entre diversos tipos de inteligencia, según las habilidades que entran en juego. En cualquier caso, la inteligencia aparece relacionada con la capacidad de entender y elaborar información para usarla de manera adecuada.
Emocional, por otra parte, es aquello perteneciente o relativo a la emoción (un fenómeno psico-fisiológico que supone una adaptación a los cambios registrados de las demandas ambientales). Lo emocional también es lo emotivo (sensible a las emociones).
Características de la inteligencia emocional
La inteligencia emocional tiene una base física en el tronco encefálico, encargado de regular las funciones vitales básicas. El ser humano dispone de un centro emocional conocido como neocórtex, cuyo desarrollo es incluso anterior a lo que conocemos como cerebro racional.
La amígdala cerebral y el hipocampo también resultan vitales en todos los procesos vinculados a la inteligencia emocional. La amígdala, por ejemplo, segrega noradrenalina que estimula los sentidos.
Más allá del sustrato físico, la inteligencia emocional se vincula a la empatía y a la capacidad de desarrollo de las habilidades sociales. Está asociada a la autoregulación de la conducta a partir del reconocimiento de emociones, el control del estrés, la escucha activa y la comunicación efectiva.
Gracias a la inteligencia emocional se facilita la resolución de conflictos. La persona, además de experimentar compasión, logra una tolerancia a la frustración y evidencia adaptabilidad, con lo cual tiene mayores posibilidades de entender a los demás y adecuarse al contexto sin sufrir perjuicios. Por eso la inteligencia emocional también se relaciona con la resiliencia.
Señas de identidad de las personas que logran potenciarla
Por los importantes beneficios que tiene cualquier persona que dispone de una elevada inteligencia emocional, se han llevado a cabo muchos estudios en pos de comprender su funcionamiento. Estas investigaciones permitieron determinar las principales señas de identidad que caracterizan a quienes poseen un nivel avanzado de este tipo de inteligencia:
- Huyen de la monotonía ya que intentan en todo momento buscar alternativas para tener una vida más plena y feliz.
- Son firmes cuando así se requiere.
- Siempre miran hacia adelante a la hora de seguir viviendo.
- Les encanta estar aprendiendo continuamente.
A diferencia de lo que ocurre con el cociente intelectual no existe un estudio que permite medir la capacidad o el grado de inteligencia emocional de un sujeto. En este sentido, la apreciación de esta habilidad es más bien subjetiva.
Importancia de la inteligencia emocional
Es importante dejar patente que aquella persona que cuenta con importantes niveles de inteligencia emocional es un individuo que, gracias a la misma, consigue múltiples objetivos en su relación con los demás:
- Que quienes le rodean se sientan a gusto con él.
- Que aquellos que están a su lado no experimentan ningún tipo de sensación negativa.
- Que confíen en él cuando necesiten algún consejo tanto a nivel personal como profesional.
Alguien que dispone de inteligencia emocional, en definitiva, es quien:
- Es capaz de reconocer y de manejar las emociones de tipo negativo que experimente.
- Tiene mayor capacidad de relación con los demás porque cuenta con la ventaja de que consigue entenderlos al ponerse en sus posiciones.
- Logra utilizar las críticas como algo positivo, ya que las analiza y aprende de ellas.
- Es alguien que, precisamente por tener esa inteligencia emocional y saber encauzar convenientemente las emociones negativas, tiene mayor capacidad para ser feliz.
- Cuenta con las cualidades necesarias para hacer frente a las adversidades y contratiempos sin derrumbarse.
Por supuesto, la inteligencia emocional debe complementarse con otros tipos de inteligencia para el empoderamiento personal y el bienestar. Si pensamos en la teoría de la inteligencia múltiple de Gardner (tal como se conoce al conjunto de postulados propuestos por el norteamericano Howard Gardner), debemos contemplar la relevancia de la inteligencia intrapersonal (que se relaciona con el autoconocimiento), la inteligencia lingüística (el dominio del lenguaje), la inteligencia lógico-matemática (la capacidad de resolver problemas matemáticos y de aplicar la lógica en los razonamientos) y la inteligencia espacial (centrada en la ubicación en el espacio y la observación desde distintas perspectivas), entre otras.
Es interesante señalar que Gardner refiere a la inteligencia interpersonal para nombrar a las habilidades que posibilitan advertir y comprender las emociones y las necesidades del prójimo. Se puede, por lo tanto, enlazar la inteligencia interpersonal a la inteligencia emocional de Goleman, aunque ésta última contempla también el reconocimiento de las emociones propias.