Intermedio es un término que puede emplearse como adjetivo, como sustantivo o para formar una locución preposicional. En el primer caso, aquello que se ubica entre los extremos de tamaño, tiempo, eficacia, etc., recibe dicha calificación.
Por ejemplo: “No quiero un automóvil de lujo pero tampoco el más económico: me gustaría comprar un modelo intermedio”, “Analizamos la posibilidad de pasar las vacaciones en la ciudad vecina o en la India, pero finalmente elegimos un destino intermedio”, “Lo mejor será que nos encontremos en un lugar intermedio entre mi casa y la tuya”.
Un punto intermedio es, por lo tanto, aquél que se encuentra entre dos sitios, momentos o valores de propiedades tales como tamaño, calidad, temperatura, etcétera. La definición propuesta por el diccionario de la Real Academia Española no especifica si se trata de la mitad exacta, y de hecho en el habla cotidiana tampoco se usa con esta intención: algo intermedio es más compatible con ambos extremo, aunque puede favorecer uno de ellos hasta un cierto grado.
Como sustantivo, un intermedio es un periodo temporal que supone la interrupción de un proceso o que constituye una pausa entre una acción y otra. En determinados espectáculos, se llama intervalo o intermedio al espacio de tiempo que existe entre dos sesiones o funciones, o en medio de una exhibición muy extensa.
Los intermedios permiten el descanso de los protagonistas y que el público pueda ir al sanitario o consumir algún refrigerio. Por lo general no se extienden por más de veinte minutos.
El intermedio no es tan común en el cine como en el teatro, donde existe en casi todas las obras relativamente extensas. Y es precisamente la duración el factor que influye directamente en la necesidad de hacer un descanso. Algunas películas, por lo general del grupo de las superproducciones, que superan las tres horas de duración se proyectan en dos partes, con una pausa que le permite al público ir al servicio, comprar algo de comer o simplemente caminar un poco para que el cuerpo no permanezca en la misma postura por tanto tiempo.
Aunque esta no es la intención inicial o directa del intermedio en un teatro, puede dar lugar al intercambio cultural entre los espectadores. No es raro que surjan conversaciones espontáneas acerca de los diferentes aspectos de la obra, y este fenómeno tiene una riqueza y una fuerza que Internet aún no ha podido conseguir a través de las redes sociales. Estar allí, respirando el mismo aire que los intérpretes, viendo a otras decenas de personas inmersas en la misma atmósfera, llorando o riendo por los mismos sucesos es algo invaluable.
La locución adverbial por intermedio de, por otra parte, refiere a lo que se realiza gracias a una cierta mediación o intervención: “Por intermedio de mi primo conocí al Dr. Lugones, quien me brindó asesoramiento legal para realizar la denuncia contra la empresa”, “El jugador venezolano llegó al club por intermedio de Gutiérrez, su ex compañero en el Club Santa Laura”, “El acusado, por intermedio de su abogado, pidió perdón a los familiares de la víctima y expresó su arrepentimiento”.
Dado que no todos tenemos los mismos conocimientos técnicos ni los mismos contactos, la vida en sociedad se apoya en los intermediarios de manera frecuente para su desarrollo. De hecho, experimentamos este fenómeno a diario, prácticamente a cada momento: recibimos un servicio de Internet, compramos alimentos sembrados, cosechados y procesados y vestimos prendas fabricadas por otras personas, es decir que por intermedio de ellas accedemos a estos servicios y productos que resultan indispensables en nuestra vida pero que nosotros mismos no podríamos desarrollar.
