El adjetivo intermitente, que proviene del vocablo latino intermittens, se utiliza para calificar a aquello que frena o se detiene y luego continúa o se repite. El concepto puede emplearse de diversas maneras de acuerdo al contexto.
Por ejemplo: “Hay quienes recomiendan un ayuno intermitente para perder peso”, “Hace varios días que la señal de telefonía es intermitente”, “El capitán del equipo solo mostró su talento de manera intermitente”.
Una actividad intermitente
Tomemos el caso de un cantante que desembarcó en el terreno de la literatura con una novela. El artista, al ser consultado por los periodistas respecto a cómo fue el proceso de escritura, comenta que desarrolló la obra de forma intermitente durante cinco años. Al aludir a la intermitencia, de este modo, el autor hace referencia a que no escribió el libro de corrido, sino que el proceso tuvo muchas interrupciones hasta que se completó.
Por lo general, una actividad que se realiza de manera intermitente no puede recibir la misma atención que una asidua, pero esto no siempre repercute en su calidad. Si bien todos tenemos en nuestra mente un ideal de vida en lo que respecta al sitio en el que nos gustaría vivir, al trabajo de nuestros sueños y al tiempo libre que necesitaríamos para llevar a cabo todos nuestros proyectos, en la práctica son muy pocas las personas que pueden satisfacer estas necesidades, si es que existen.
Por esta razón, incluso los individuos más dedicados a su profesión deben atravesar ciertos períodos de menor rendimiento, ya sea por cuestiones de salud o económicas, entre otras posibilidades. Esto quiere decir que la dedicación sin interrupciones, con absoluta constancia y polarmente opuesta a la intermitente no es tan común, y por eso la calidad final depende en mayor medida de otras cuestiones.
La importancia de la constancia
Uno de los aspectos fundamentales del desarrollo de casi cualquier proyecto es el mental: para que los resultados sean consistentes, es más importante pensar que actuar de manera constante. De hecho, dado que avanzar con prisas puede dar lugar a errores difíciles o imposibles de corregir, a veces es preferible tomarse una pausa antes de seguir adelante.
La inspiración es uno de los fenómenos más difíciles de descifrar, en parte porque no podemos forzarla ni anticipar su llegada; por esta razón, el trabajo intermitente, si se realiza cada vez que surgen ideas espontáneas, es preferible al constante pero sin brillo.
Luz intermitente
Se denomina intermitente, por otra parte, a un dispositivo que se encarga de encender y de apagar una o más luces con una periodicidad frecuente y constante. En los automóviles, los intermitentes son las luces laterales que se encienden y se apagan repetidamente para indicar que el conductor realizará un cambio de dirección.
Supongamos que un individuo desea abandonar la calle por la cual avanza y girar hacia la izquierda. Antes de realizar la maniobra, debe encender los intermitentes que se encuentran del lado izquierdo del vehículo para que el resto de los automovilistas sepan que saldrá del flujo de circulación. Por lo tanto, varios metros antes del giro, avisará de su movimiento con las luces intermitentes.
En la época de las fiestas, este concepto lo encontramos en las decoraciones luminosas que se usan para los árboles de Navidad y las casas, entre otros objetos y espacios. Las luces intermitentes, en este contexto, suelen ser tiras de muchas lámparas de tipo led que se encienden y se apagan con una cierta frecuencia, para generar una sensación de movimiento y evocar la alegría propia de esta época del año. Para los más entendidos, fabricarlas ellos mismos es mucho más atractivo que comprarlas en una tienda, pero esta última opción es la más común.