En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término jeringa. En concreto, emana de la palabra «syringa», que puede traducirse como «lavativa» o «jeringa». Una palabra latina esa que, a su vez, emana del término griego «syrinx», que es sinónimo de «tubo» o «caña».
Se denomina jeringa a un dispositivo utilizado para inyectar o extraer líquido. Este instrumento se emplea con asiduidad en el ámbito de la medicina y la enfermería.
Entre las palabras que pueden funcionar como sinónimos de jeringa nos encontramos con jeringuilla, lavativa, cánula e incluso inyección.
Una jeringa se compone de un tubo que tiene un émbolo en su interior. De acuerdo al movimiento que se realice, puede impulsar o aspirar un fluido. En su extremo, la jeringa finaliza en una cánula donde se puede acoplar una aguja hueca: de este modo el instrumento sirve para introducir o sacar líquido del cuerpo de una persona o de un animal, por ejemplo.
Las jeringas se utilizan para aplicar inyecciones: así se denomina a un fluido que se inyecta. Los médicos y los enfermeros pueden suministrar medicamentos a través de inyecciones, realizando una punción a presión con una aguja y una jeringa.
Es importante conocer, además de todo lo expuesto, que existen diferentes tipos de jeringas. Así, entre las más habituales y significativas nos encontramos con las intradérmicas, las intravenosas, las intramusculares, las subcutáneas…Eso sin olvidar que, a su vez, dentro de cada clase existen varios modelos en cuanto a la capacidad que poseen.
Es importante tener en cuenta que las jeringas y las agujas hipodérmicas deben ser estériles para minimizar el riesgo de infección. Ambos productos se envasan individualmente y se desechan tras su uso.
Las llamadas infiltraciones también requieren la utilización de una jeringa. En este caso, el medicamento se inyecta en un nervio o una articulación para que el fármaco actúe de manera directa sobre el sector lesionado.
Así como en las inyecciones y en las infiltraciones se introduce un fluido en el cuerpo, la jeringa también es útil en el proceso inverso, como en las extracciones sanguíneas. Con una aguja y una jeringa, se pueda obtener sangre de una vena o de una arteria para luego analizarla en un laboratorio y así conseguir información sobre diversas variables que permiten realizar un diagnóstico.
De la misma manera, tampoco podemos pasar por alto que en el ámbito de la cocina también se utiliza el término jeringa que nos ocupa. En concreto, se hace referencia a la jeringa para hacer churros. Esta, como su propio nombre indica, es un dispositivo más grande que una jeringa médica, pero con el mismo sistema de funcionamiento y la misma forma que se usa para poder preparar los citados churros que se toman con chocolate caliente.
En concreto, el proceso consiste en echar la masa dentro de la citada jeringa y luego, utilizar el mecanismo de esa, para que salga la masa con forma de churro y así se pueda freír en aceite bien caliente. Ese citado dispositivo también es conocido como churrera.