En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término joven que ahora nos ocupa. En concreto, deriva de iuvenis que era el nombre con el que los censores romanos hacían referencia a los varones que tenían una edad comprendida entre los 30 y los 45 años. Palabra esa que procedía, a su vez, del verbo iuvare, que puede traducirse como «sostener» o «ayudar».
Se califica como joven al individuo que está atravesando la juventud: la etapa de la vida que antecede a la madurez.
Entre las palabras que pueden funcionar como sinónimo de joven nos topamos con mozo, adolescente, pollo, zagal, mancebo, niñato o pibe. Por el contrario, entre sus antónimos están viejo, abuelo o anciano.
Qué es ser joven
Es importante tener en cuenta que no existe una definición exacta de joven, ya que la juventud no se extiende en un rango de edad preciso o determinado. Muchas veces se considera que alguien es joven a partir de una comparación con otras personas.
A nivel general, puede decirse que un joven tiene entre 18 y 27 años. De todos modos, múltiples factores ambientales, personales, culturales e históricos pueden hacer que esa delimitación se modifique.
La noción de joven también tiene que ver con el contexto. Un presidente de 40 años es joven; un futbolista de la misma edad, en cambio, es un deportista veterano. De manera similar, un hombre de 42 años es joven para ser abuelo, pero no para ser padre.
Supongamos que hay cuatro mujeres en un salón, de 70, 72, 75 y 84 años de edad. En este marco, quien tiene 70 años es la más joven del grupo. Esa misma persona, en otros lugares, es muy probable que no sea la más joven, y que incluso sea la mayor.
Del espíritu a la estética
Por otra parte, se menciona como joven a aquello que tiene las características habituales o análogas de quien está en su juventud: vitalidad, vigor, frescura, etc. Por ejemplo: «Mi abuelo mantiene el espíritu joven pese a sus problemas físicos», «Es un vino joven, de aroma intenso», «Es importante mantener una actitud joven pese al paso del tiempo».
Las personas que quieren mantenerse jóvenes tanto físicamente como de «espíritu» es muy habitual que no solo recurran a someterse a distintas operaciones o retoques estéticos sino también a determinados hábitos. En concreto, es frecuente que realicen ejercicio, que lleven a cabo una dieta sana y equilibrada, que se hagan constantes cambios de look en el cabello, que vistan a la última moda…
Película «Eternamente joven»
De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia de una película que lleva en su título el término que estamos abordando. Se trata de «Eternamente joven». Es un filme estrenado en 1992, dirigido por Steve Miner y protagonizado por Mel Gibson.
Gira en torno a la figura de un piloto de pruebas que, lleno de dolor por el accidente de su novia, se ofrece voluntario para un experimento secreto que consistirá en que su cuerpo sea congelado en una cápsula. Pasarán los años y en 1992 descongelan el cuerpo de aquel por lo que vuelve a la vida con el mismo aspecto que décadas atrás.