Los juguetes son elementos que los niños utilizan para jugar, adquiriendo así diversas capacidades. El término deriva de juego: una acción recreativa que se lleva a cabo por entretenimiento y que, en ocasiones, contempla una competición con perdedores y ganadores.
Esencial en el desarrollo
Gracias a los juguetes, los chicos potencian su desarrollo psicológico y físico. Estos productos les permiten interactuar y realizar análisis y exploraciones que les ayudan a crecer.
Existen juguetes que se asocian a ciertas culturas y épocas. Con el tiempo fueron cambiando los diseños y los materiales, muchas veces a partir de una mayor conciencia sobre los peligros de estos artículos.
Las pelotas y los muñecos están entre los juguetes tradicionales que son populares en todo el mundo. Cabe resaltar que hay juguetes simples, con una o pocas piezas, algunos más complejos y articulados, y otros que incluyen componentes electrónicos.
Beneficios de los juguetes
La imaginación es una característica de muchos seres vivos, y siempre debería ser alimentada para que cada individuo pueda desarrollarse de la manera que necesita, sin barreras. Los juguetes nos dan esa posibilidad, entre otras, porque nos permiten ser otras personas, o convertirnos en animales, en superhéroes, administrar nuestra propia casa, o conducir una nave espacial, etcétera, cuando aún no sabemos siquiera atarnos los cordones de las zapatillas.
Todo esto, que también se puede experimentar con la literatura, por ejemplo, es necesario para encontrarnos a nosotros mismos, para comenzar a entender quiénes queremos ser, quiénes debemos ser. Cada niño debería poder probar todos los juguetes que le interesen, sin que importase su sexo, para que no sientan jamás la imposición de convertirse en una persona determinada.
Juguetes caseros
Si bien en la actualidad estamos acostumbrados a comprarlo todo hecho, a adquirir productos de origen industrial, nunca debemos olvidar que hay personas detrás de todos los procesos de fabricación, en especial quienes se encargan de idearlos y diseñarlos, y que incluso al día de hoy existen quienes prefieren las artesanías.
Crear un juguete se puede comparar con hacer la comida: más allá de las diferencias económicas y de tiempo que tengan estos procesos con la compra de un producto industrial, existe un placer imposible de pagar con dinero que tiene que ver con la sensación de haberlo hecho uno mismo. Los juguetes no sólo los hacen los adultos para los niños, sino que muchos niños exploran esta habilidad desde pequeños para divertirse con sus propias creaciones.
En algunos casos, la necesidad de fabricar un juguete en casa surge por problemas económicos, mientras que en otros no es más que la vocación artesana que se impone ante la idea de comprar uno hecho. Sea como sea, todos los niños deberían recibir el incentivo de hacer sus propias cosas, de explorar sus habilidades creativas y las de sus familiares, para depender menos del mercado.
Otras acepciones
Es importante señalar que, además de juguetes infantiles, existen otras clases de juguetes. Los juguetes para mascotas, por ejemplo, sirven para entretener a perros, gatos y otros animales. La idea de juguete sexual, por otra parte, alude a un dispositivo que un adulto utiliza para enriquecer su vida íntima y obtener o dar placer erótico.
También se menciona como juguete al objeto o individuo que se encuentra dominado por una fuerza externa: “El barco no era más que un juguete del mar, que lo movía a su antojo al ritmo de las inmensas olas”, “Estoy harta de ser un juguete de mi novio, voy a separarme porque no quiero seguir sufriendo por sus caprichos”, “El jefe piensa que todos somos sus juguetes, pero existen los derechos laborales y él debe respetarlos”.