El lean management es una metodología de gestión empresarial que se basa en la mejora continua. Su finalidad es minimizar los costos y aumentar la rentabilidad a través de una mayor eficiencia en todos los procesos.
Se considera al lean management como una evolución del sistema denominado lean manufacturing, que apunta a reducir las pérdidas en la producción mientras se incrementa la generación de valor para el cliente. El lean manufacturing, en este marco, busca eliminar los procedimientos innecesarios, el tiempo de espera, los traslados y la sobreproducción, entre otras cuestiones, mientras incentiva la creatividad de los trabajadores.
Origen del lean management
El origen del lean management (que suele traducirse como «manufactura esbelta»), por lo tanto, está asociado al surgimiento del lean manufacturing. Se señala como pionero del lean manufacturing al ingeniero japonés Taiichi Ohno, quien trabajando para Toyota advirtió la importancia de no malgastar recursos en la producción. Luego de la Segunda Guerra Mundial, Ohno estudió las ideas de Henry Ford y Frederick Taylor y se enfocó en evitar los procesos innecesarios, gestionar inventarios acotados y otorgar el control al cliente para apoyar la cadena de valor.
A partir de la caída en la producción automovilística estadounidense en la segunda mitad de la década de 1970, en dicho país se comenzó a prestar atención al sistema de producción Toyota y de otras firmas japonesas. En este contexto, James P. Womack publicó un libro donde acuñó la idea de lean manufacturing como un conjunto de técnicas y medidas para la eliminación de las operaciones que no añaden valor, bajando así los costos y adaptándose a los cambios del mercado sin desperdiciar recursos.
Ya consolidado el lean manufacturing, surgió el lean managment como una extensión del mismo. Concretamente, el lean management toma sus pilares considerando que no son exclusivos para la industria automotriz o incluso para el sector industrial, y teniendo en cuenta que pueden aplicarse más allá de las compañías de gran tamaño.
Principales características
Hoy se habla de cultura lean para aludir a la implementación del lean management en la totalidad de los sectores de la economía. Sus pilares, como ya hemos mencionado, son la mejora continua (kaizen), la eliminación de desperdicios (muda) y la entrega de valor según la perspectiva del cliente. El vocablo japonés muda, en este marco, refiere a aquello que no añade valor al producto final
El lean management, de este modo, lleva a una revisión constante de los procesos para lograr su optimización. No apunta a control centralizado de los mismos, sino que impulsa la responsabilidad individual y busca que el liderazgo sea compartido. En este sentido, hay que indicar que uno de los principios del lean management es que las buenas ideas pueden generarse en todos los niveles jerárquicos y no solo en las cúpulas.
A modo de resumen, puede afirmarse que el lean management tiene el objetivo de eliminar las actividades empresariales que aumentan los costos y no agregan valor para el cliente. De manera simultánea, este modelo o sistema se plantea como meta mejorar la eficiencia y desarrollar los recursos humanos (impulsando el empoderamiento o empowerment de empleados). Su finalidad es avanzar hacia la calidad total (TQM).
La flexibilidad de producción, la reducción de tiempo de entrega (lead time), la estandarización de procesos y la optimización de la cadena de suministro son otros de los pilares del lean management.
Beneficios del lean management
El lean management aporta beneficios con su propia puesta en marcha, siempre que sus lineamientos se apliquen de manera correcta. Como ya vimos a lo largo de este artículo, la búsqueda de eficiencia y la optimización en el uso de los recursos funcionan como guías en todas las actividades.
A través de prácticas de trabajo estandarizadas y autonomización (jidoka), entre otras medidas, se puede lograr la producción justo a tiempo (JIT). Así se reducen los inventarios y los costos de almacenamiento y transporte. La cultura organizacional lean también apela a la gestión visual a través de kanban (sistema de señalización) para ahorrar tiempo y minimizar los desperdicios. La reducción de la complejidad de los procedimientos es otra de las premisas.
Los equipos de trabajo autogestionados que incentiva el lean management, por otro lado, ayudan aprovechar el potencial de todos los miembros de la empresa. La puesta en marcha de sistemas de sugerencias de empleados es útil para hallar soluciones a distintos obstáculos, con lo cual no se depende exclusivamente de la visión de los directivos para lograr mejoras.
Dado que el lean management se orienta a construir valor desde la perspectiva del cliente, es clave tomar distintos KPIs (indicadores clave de rendimiento) y examinarlos. Un análisis de valor resulta indispensable para conocer qué ajustar o modificar y así maximizar la satisfacción del comprador o usuario final.
La mejora en la eficiencia y en la productividad y la optimización en la utilización de los recursos, en definitiva, redunda en una reducción de los costos, un incremento de la rentabilidad y una mayor flexibilidad para adaptarse a las demandas del mercado. Por lo tanto, el lean management fortalece el rendimiento y aporta al desarrollo sostenible de la compañía.