La etimología de lema nos lleva al latín lemma, a su vez derivado del vocablo griego lêmma. El concepto alude al título o la frase que permite resumir el espíritu o la idea de una obra, un evento, una organización, etc.
Un lema, por lo tanto, es una expresión que refleja un ideal o una intención. Muchas veces funciona como una guía de conducta, sintetizando valores o principios.
Los países y las ciudades suelen tener un lema. Brasil, por ejemplo, cuenta con el lema “Ordem e progresso” (es decir, “Orden y progreso”). La frase incluso forma parte de la bandera nacional y se vincula a la meta de lograr estabilidad interna y crecimiento económico.
“Liberté, égalité, fraternité” (“Libertad, igualdad, fraternidad”), en tanto, es el lema oficial de Francia. En este caso las palabras resumen los ideales de la Revolución francesa que, a fines del siglo XVIII, acabó con el Antiguo Régimen.
En el ámbito de la lingüística, se llama lema al término que encabeza un artículo de una enciclopedia o un diccionario. Para las matemáticas, un lema es una proposición que debe demostrarse de forma previa a la prueba de un teorema. Los lemas, en este marco, funcionan como premisas auxiliares de los teoremas.
En algunos sistemas electorales, por otro lado, existe la llamada ley de lemas. Cada lema es un partido político o una alianza de varios partidos; a su vez, los lemas pueden tener múltiples sublemas (que serían diferentes divisiones o corrientes dentro del lema general, representados por distintos candidatos). Los electores votan al candidato (sublema) que desean, pero a la hora de contar los sufragios, todos suman al lema. Los resultados pueden calcularse con diversas fórmulas, siendo la más simple la uninominal: el lema más votado es el ganador (sumando todos los sublemas), y luego en el interior del lema se impone el sublema con más votos.
Existe en inglés el término tagline, que es un sinónimo de eslogan y por lo tanto se define como una fórmula corta y fácil de distinguir que los publicistas usan para promover los productos comerciales y que también se usa en el ámbito de la campaña política para expresar las ideas de un partido. En muchos medios de nuestra lengua es común encontrar tagline con el sentido de lema, en especial en publicaciones de interés publicitario y de mercadotecnia; sin embargo, se prefiere la palabra castellana a la anglosajona.
Este problema, por así llamarlo, es una realidad cada vez más frecuente en nuestro idioma: la gente prefiere malusar un término de origen inglés al equivalente (o los equivalentes) en español, quizás porque consideran que esto les da un carácter más «original» o que habla de su amplia cultura, cuando en realidad no hacen otra cosa que destruir su propia lengua y comunicarse de forma poco precisa.
Una de las características más curiosas de esta tendencia es la asignación prácticamente arbitraria de un género para cada una de estas palabras extranjeras, ya que, al menos en el caso del inglés, no lo tienen. En este en particular, se habla de «un tagline», probablemente porque hace referencia a «un lema», aunque en inglés no haya diferencia entre «un» y «una».
Como señala la Fundación del español urgente (Fundeu), una de las acepciones que nos brinda el Diccionario de la Real Academia Española para el término lema se corresponde con la de eslogan en gran parte, ya que lo define como «una frase que representa el ideal de conducta de una persona» o «una frase que se coloca en un emblema o escudo». Por esta razón, no deberíamos dudar en usar esta palabra antes que tagline.