Libertad es una noción cuyo origen etimológico se encuentra en el vocablo latino libertas. El término alude a la facultad natural que dispone el ser humano para actuar o no actuar de una forma u otra, la cual le confiere responsabilidad sobre sus acciones.
La libertad también es la condición de aquel no está encarcelado ni se encuentra bajo un régimen de esclavitud. La persona libre no está obligada a acatar determinadas cuestiones, aunque siempre deben considerarse las limitaciones que imponen las leyes y el contexto social y cultural.
Culto, en tanto, es un adjetivo que procede del vocablo latino cultus y tiene varias acepciones. En este caso, nos interesa su significado como las ceremonias y los rituales que se llevan a cabo a modo de tributo a una divinidad o a alguna otra figura.
Qué es la libertad de culto
Se conoce como libertad de culto al derecho de cada individuo a escoger su religión sin condicionamientos ni presiones. Este derecho, que suele estar consagrado en la Constitución, implica que los sujetos pueden elegir y profesar cualquier credo o ninguno, expresando en público esa voluntad si así lo desean.
Muchos Estados cuentan con una religión oficial que se indica en la legislación. La libertad de culto supone que, más allá de esta declaración, los ciudadanos pueden practicar esa u otra religión sin ningún perjuicio.
Es importante tener en cuenta que la libertad de culto está recogida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1948. También aparece mencionada en otros documentos del derecho internacional.
Orígenes y desarrollo histórico
Uno de los llamados Padres de la Iglesia es señalado como pionero en aludir a la libertad de culto: Quinto Septimio Florente Tertuliano. Ya en el siglo III, Tertuliano hizo referencia a la libertas religionis (es decir, la libertad religiosa).
El Edicto de Milán, cuya promulgación tuvo lugar en el año 313, está considerado como el primer instrumento jurídico en reconocer este derecho. El paso del tiempo llevó a su inclusión en otros documentos legales.
Más allá de esta instrumentación, la libertad de culto muchas veces no se respetó ni se respeta en la práctica. De hecho, si tenemos en cuenta la conquista europea del continente americano, los colonizadores impulsaron la evangelización por la fuerza, destruyendo templos y persiguiendo prácticas de los pobladores nativos.
La libertad de culto en la actualidad
La libertad de culto está lejos de ser una realidad concreta a nivel mundial. En países como Irán, Arabia Saudita y Afganistán, entre otros, quienes no siguen los preceptos religiosos mayoritarios son castigados, de acuerdo a lo señalado en diversos informes internacionales.
Ciertos cultos, por otro lado, denuncian el hostigamiento estatal. Se trata de movimientos o grupos que suelen ser acusados de sectarios o que no gozan del reconocimiento necesario para su desarrollo.
Independientemente del accionar de los gobiernos, la libertad de culto en ocasiones se ve en riesgo por presiones sociales. No es inusual que un musulmán sea discriminado en un territorio católico ni que un ateo sufra cuestionamientos por su falta de fe, por mencionar algunas posibilidades, circunstancias que pueden llevar al individuo a no exteriorizar sus creencias o valores.