La logística es el conjunto de los medios y métodos que permiten llevar a cabo la organización de una empresa o de un servicio. La logística empresarial implica un cierto orden en los procesos que involucran a la producción y la comercialización de mercancías.
Se dice, por lo tanto, que la logística (término procedente del inglés logistics) es el puente o el nexo entre la producción y el mercado. La distancia física y el tiempo separan a la actividad productiva del punto de venta: la logística se encarga de unir producción y mercado a través de sus técnicas.
En las empresas, la logística implica tareas de planificación y gestión de recursos. Su función es implementar y controlar con eficiencia los materiales y los productos, desde el punto de origen hasta el consumo, con la intención de satisfacer las necesidades del consumidor al menor coste posible.
Su origen
El origen de la logística se encuentra en el ámbito militar, donde la organización tendía a atender el movimiento y el mantenimiento de las tropas en campaña. En tiempos de guerra, la eficiencia para almacenar y transportar los elementos resulta vital. De lo contrario, los soldados pueden sufrir la escasez de medios para enfrentar la dureza de los combates.
A partir de estas experiencias, la logística empresarial se encargó de estudiar cómo colocar los bienes y servicios en el lugar apropiado, en el momento preciso y bajos las condiciones adecuadas. Esto permite que las empresas cumplan con los requerimientos de sus clientes y obtengan la mayor rentabilidad posible.
Tipos de logística
Tomando como parámetro el volumen de pedidos puede desarrollarse una clasificación de la logística en la que se pueden reconocer los siguientes tipos:
- Pequeña: alrededor de cincuenta pedidos diarios, para lo cual basta con un almacén de 500 metros cuadrados y cinco empleados.
- Estructurada: la cantidad de pedidos por día supera los cincuenta. El número de empleados y su especialización deben ser mayores para que aumente la rigurosidad de su trabajo.
- Industrializada: un mínimo de mil pedidos diarios, volumen que exige la automatización por medio de programas informáticos.
Cabe destacar que una de las prácticas más comunes en el mercado actual es la subcontratación de terceros para realizar ciertas tareas específicas: la logística también contempla esta estrategia. Si bien su coste es superior que el de una organización interna, resulta más práctica porque la empresa principal no debe hacer ningún cambio en su plantilla, como definir su ampliación o invertir en su capacitación.
La optimización
En el difícil camino de la optimización de la logística destaca la calidad del entorno de trabajo. Este aspecto debe ser cuidado al máximo para que la distribución de los productos sea óptima. Entre los consejos más frecuentes se encuentra limitar el desplazamiento innecesario y el transporte de cargas pesadas, apoyándose en una buena organización en las estanterías y en el uso de máquinas que les eviten a los empleados los esfuerzos físicos más riesgosos.
Sin lugar a duda, el orden es otro de los pilares de una buena logística. En este contexto es ideal numerar los productos, diseñar rutas para llegar a cada uno de ellos y delimitar claramente las zonas de trabajo y almacenamiento.
Debe considerarse que los especialistas en logística se apoyan en diversos preceptos y técnicas que los ayudan a conseguir los mejores resultados posibles e incluso existen empresas que se dedican a asesorar a otras en este aspecto en particular. Si tomamos como referencia un almacén, podemos estudiar algunos de los consejos más comunes para mejorar la logística. En primer lugar se encuentra la elección de la estrategia, que debe adecuarse a las necesidades específicas: una ideal para un volumen de pedidos inferior a cien puede ser perjudicial si este número supera los mil, por ejemplo.
Función de la logística
La función de la logística, en definitiva, es lograr una optimización de los procesos y las operaciones vinculados al manejo de materiales y al envío y la recepción de productos. Dicha misión exige una adecuada gestión de pedidos, llevar adelante el control de stock y trabajar de manera eficiente con la cadena de suministro y el inventario.
La logística, de este modo, apela a sistemas de información para realizar tareas vinculadas al seguimiento y la trazabilidad. La tecnología, en este marco, es muy importante, ya sea a través de un software de logística o mediante soluciones de ERP (Planificación de Recursos Empresariales) o CRM (Gestión de Relaciones con Clientes). En la actualidad también es relevante el rol de la inteligencia artificial (con el análisis de datos y modelos de predicción y simulación), la robótica y los drones.
Debe tenerse en cuenta que, para gestionar los flujos de materiales y productos, se necesita también gestionar flujos de información. Es la información de los procesos la que permite tomar decisiones operativas para reducir costes, aprovechar al máximo las capacidades y lograr una mejora continua. Con una estrategia logística acertada, la relación con los proveedores se vuelve más fructífera y la experiencia del cliente resulta más satisfactoria.