La noción de loro procede del vocablo caribe roro. El término hace referencia a un ave que pertenece al orden de las psitaciformes, un grupo que incluye a aquellas especies de colores llamativos y pico encorvado que son prensoras: disponen de un par de dedos orientados hacia atrás en las patas y de fuertes mandíbulas.
Los loros son animales típicos de las regiones tropicales. Pueden tener una extensión de 35 centímetros y disponen de dedos alargados que les permiten tomar los alimentos y trasladarlos a su boca.
Conocidos por su inteligencia, los loros pueden aferrarse a las ramas y trepar por los árboles. Las semillas constituyen la base de su alimentación, aunque algunos ejemplares además ingieren hojas, frutos e insectos.
Como otras aves psitaciformes, los loros tienen la capacidad de imitar la voz del ser humano. Por eso, cuando son domesticados, estos animales pueden aprender a repetir palabras e incluso frases, o hasta canciones.
Pero la capacidad de vocalización de los loros van más allá de la voz humana: así como otras aves, son capaces de imitar sonidos y ruidos varios de su entorno, como ser el chirrido de una puerta, y también los sonidos que emiten otros animales, incluyendo el ladrido de los perros y el cantar de los canarios.
Gracias a éstas y otras características, el loro es un animal que resulta especialmente interesante para el ser humano. Desde su plumaje colorido y la forma de su pico hasta su capacidad de imitar sonidos, desborda atractivo por todos sus rincones.
Como dato curioso podemos decir que casi todas las especies de loros mantienen la misma pareja durante toda su vida, es decir que son monógamos de por vida. Este vínculo se consolida luego de la reproducción, aunque comienza un tiempo antes. En la naturaleza, las parejas de loros se muestran muy cariñosas y se acompañan mutuamente, por lo cual es fácil reconocerlas.
A diferencia de otras aves, los loros no crean sus propios nidos recolectando ramas y hojas, sino que buscan un espacio vacío tal como un hueco en un árbol, en un muro o incluso una cavidad entre las rocas, aunque también pueden aprovechar pozos hechos por otros animales.
Las patas de los loros son de tipo zigodáctilas, ya que de sus cuatro dedos dos apuntan hacia delante y dos, hacia atrás. Como se menciona anteriormente, son buenos trepadores y de hecho les encanta caminar por las ramas de los árboles.
Al igual que otras aves, el loro sostiene su comida con una pata y se la lleva a la boca, de una forma muy similar a la que tenemos los humanos. Esto los vuelve especialmente adorable para nosotros, algo que también nos sucede al mirar a una ardilla comer con sus manos.
La mayoría de las especies de loros viven muchos años, sobre todo las de mayor tamaño. Por ejemplo, las guacamayas tienen una expectativa de vida que va desde los 35 hasta los 50 años. Por otro lado, se sabe que en Chicago, Estados Unidos, una cacatúa superó los 80 años de edad.
En el lenguaje coloquial, se le dice loro al individuo que habla mucho o que repite lo que dicen los demás. Por ejemplo: “¡No quiero volver a sentarme al lado de Marcos! Es un loro, no se calla ni un segundo”, “Mi vecino no es más que un loro que repite lo que escucha en la televisión, no tiene sentido discutir de política con él”.
También se conoce como loro al sujeto poco agraciado que se viste de manera estrafalaria: “¿Quién es el loro que salió junto al cantante en todas las fotos?”, “La fiesta estuvo llena de loros con atuendos ridículos”.