Mejora continua es un concepto referente al enfoque corporativo que apunta a una revisión constante de las actividades y los procesos para optimizarlos. Esta visión busca facilitar las actualizaciones y los cambios necesarios para reducir los errores y potenciar el rendimiento.
La mejora continua, de este modo, implica un análisis permanente y organizado de los procedimientos de una entidad. Así se favorecen la prevención y la corrección de fallos y se trabaja en pos de la calidad.
Origen de la mejora continua
El origen de la mejora continua se vincula al concepto de kaizen. El término, del idioma japonés, se forma con dos componentes: kai (que alude a un «cambio» o una «recuperación») y zen (referente a lo «bueno»). Puede entenderse en un sentido amplio como una noción filosófica aunque suele emplearse específicamente para nombrar a un modelo de gestión de calidad.
El método kaizen empezó a desarrollarse en Japón tras la Segunda Guerra Mundial, con la ocupación del territorio encabezada por Estados Unidos. La llegada de técnicos e ingenieros norteamericanos para brindar servicios a las industrias vinculadas con lo bélico terminó beneficiando también al ámbito civil, donde las empresas adquirieron conocimientos sobre metodologías de trabajo que adaptaron a su idiosincrasia y aplicaron con precisión.
De acuerdo a los analistas, la tradicional filosofía de superación de los japoneses se combinó con el saber racional aportado por los estadounidenses para generar la estrategia de mejora continua, que ayudó a posicionar a la economía nipona entre las más desarrolladas del planeta.
Sus principios
La mejora continua se sustenta en varios principios o pilares, que pueden asociarse a métodos de trabajo o modelos de gestión. Uno de ellos es el lean manufacturing, cuyo objetivo es lograr una producción que carezca de desperdicios o despilfarro.
El lean manufacturing, de este modo, intenta reducir las pérdidas en los sistemas productivos mientras se maximiza el valor que se crea para el cliente. Usando la menor cantidad posible de recursos, pretende evitar los tiempos de espera, los defectos y la sobreproducción, entre otras cuestiones.
Otro concepto que se relaciona con la mejora continua es poka-yoke, una técnica que se aplica para evitar equivocaciones y faltas al operar un sistema. Lo que hace el poka-yoke es impedir que el usuario pueda atentar contra el funcionamiento de una máquina o un sistema. La técnica puede consistir en un mecanismo de control o detección, una alarma que avise el eventual error o un orden obligatorio para completar un proceso.
El método just-in-time («justo a tiempo»), por otro lado, se basa en la llegada de los suministros a la empresa y la entrega de productos al cliente en el momento preciso y en las cantidades que se requieran. Esto permite eliminar o reducir gastos de transporte y almacenamiento.
En la mejora continua también aparece el funcionamiento kanban, que se vincula al just-in-time: se trata de un sistema informativo que sirve para el control de la producción. En su implementación más básica, consiste en pegar tarjetas en contenedores que son quitadas una vez que se utiliza su contenido para advertir y recordar que la reposición es necesaria.
El total productive maintenance («mantenimiento productivo total»), que reduce las pérdidas derivadas de accidentes, huelgas y mala calidad; el single-minute exchange of die (SMED), que supone no demorar más de 9 minutos en un cambio de herramienta, máquina o proceso; el monozukuri, una filosofía de trabajo que persigue la optimización de los procedimientos de la cadena de valor; y el six sigma, que apuesta por reducir la variabilidad de las etapas de producción son otros preceptos de la mejora continua.
Premisas de la mejora continua
Existen varias premisas que funcionan como guía en la mejora continua. Por lo general se resumen en frases o siglas que sintetizan la idea.
La sigla GIGO, por ejemplo, proviene de la expresión inglesa garbage in – garbage out («entra basura, sale basura»). Con este mensaje se resalta que, si se toman datos que son equivocados o falsos, como resultado se obtendrán datos que también serán equivocados.
KIS, por otro lado, alude a keep it simple; o sea, mantenerlo simple. Esto se vincula a no complejizar los procesos. La mejora continua, asimismo, se estructura en la medición y la verificación de las operaciones.
La valorización del trabajo en equipo y la confianza en que no existen límites para la mejora también son otros cimientos de este enfoque.
Su desarrollo
El desarrollo de un modelo de mejora continua requiere, como primer paso, de un mapeo de procesos para identificar y comprender cada uno. Luego se puede proceder al monitoreo y evaluación de las métricas de desempeño como parte de la revisión de la gestión.
Apelando a la creatividad y la innovación en la toma de decisiones, es posible aplicar la mejora continua y optimizar la eficiencia operativa. Nada de esto puede llevarse a cabo si no hay directivos con liderazgo para impulsar esta filosofía en la cultura organizacional y para lograr la motivación y el compromiso del empleado.