La noción de metódico procede del latín tardío methodĭcus, a su vez derivado del griego methodikós. El término se emplea para calificar a lo que se realiza con método y a quien suele apelar a un método.
Para entender el concepto de metódico, por lo tanto, primero hay que definir qué es un método. Así se denomina a la manera de hacer o actuar que implica respetar un orden determinado. En el terreno de la ciencia, el método es el procedimiento seguido con la intención de llegar a la verdad y transmitirla.
Se nombra como metódico a quien aplica un método.
TemasComportamiento de un individuo metódico
Se dice que alguien es metódico cuando se comporta de manera previsible, es organizado y tiene hábitos que mantiene. Un individuo metódico suele ser muy responsable y siempre atiende sus obligaciones.
Tomemos el caso de un hombre que se despierta todos los días a las 7 de la mañana. Después de levantarse, desayuna leche con cereales y realiza ejercicio físico durante media hora. Luego se dirige a su oficina, donde trabaja cuatro horas antes de almorzar. Por la tarde trabaja otras dos horas y regresa a su hogar. Tras cenar, el sujeto lee veinte páginas de un libro y finalmente trata de dormir. Como repite esta rutina una y otra vez, puede afirmarse que se trata de un individuo metódico.
Los riesgos del apego exagerado a lo planificado
Así como el hecho de ser metódico resulta positivo en múltiples ámbitos, el excesivo apego a lo programado o lo planificado puede volverse perjudicial.
Esto ocurre cuando la persona no tiene capacidad de improvisación o se desespera al salir de su zona de confort. Por lo tanto, sin desconocer la utilidad de la organización, también es importante la capacidad de adaptación al cambio.
En este marco podemos decir que el perfil de una persona que no depende del método, sino que es capaz de actuar de manera espontánea, adaptándose a las características de las diferentes situaciones que se presentan frente a ella responde a la «practicidad». Alguien práctico, por lo tanto, tiene la especial habilidad de aprovechar los recursos que tiene a la mano, sin necesidad de una etapa previa de planeamiento.
¿Podríamos decir que uno de los dos es mejor que el otro? No, ya que cada perfil es más conveniente en ciertos casos. El individuo metódico suele especializarse en una o más áreas, de manera que construye su rutina sobre una base sólida de conocimientos; el práctico, en cambio, no siempre rinde al mismo nivel, ya que su espontaneidad puede verse opacada si no hace un buen uso de los recursos que encuentra. Un equipo formado por una persona de cada tipo es mejor que la acción individual.
Estudio metódico
Ya desde la escuela primaria, nuestros años como estudiantes representan la primera oportunidad que nos da la sociedad para explorar nuestras habilidades y conocernos mejor a nosotros mismos. No debemos subestimar las herramientas que recogemos antes de acceder al mundo laboral, ya que pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Aquel que es metódico recurre a la planificación y mantiene la constancia.
Estudiar de un modo metódico es una buena práctica, que puede potenciar nuestros esfuerzos, para conseguir mejores resultados con la misma cantidad de tiempo y energía que, sin organización, podrían conducirnos a resultados insuficientes.
Algunos de los consejos más comunes para volver nuestro estudio metódico son decidir de antemano en qué momento del día nos sentaremos a estudiar, qué fuentes consultaremos y en qué puntos específicos nos centraremos. Todo esto teniendo en cuenta la antelación suficiente como para llegar a nuestros exámenes con los temas aprendidos correctamente.
