Quizás no lo sepas, pero el origen etimológico del término mortero que ahora nos ocupa se encuentra en el latín. Exactamente deriva de la palabra “mortarium”, que era como se denominaba a un cajón de metal que se utilizaba para llevar a cabo la mezcla de materiales como la arena y la cal.
Se denomina mortero al utensilio que se utiliza para machacar algo. Se trata de un elemento compuesto por un recipiente similar a un vaso (donde se coloca aquello que se pretende triturar, desintegrar o pulverizar) y por un instrumento conocido como mano (un palo corto y grueso con el cual se aplastan las sustancias a moler).
El uso del mortero es muy sencillo. Supongamos que una persona desea desmenuzar hierbas. Para esto deberá colocarlas en el vaso del mortero y luego, con la ayuda de la mano, ir disgregándolas, ejerciendo presión contra la superficie del recipiente.
Los morteros pueden fabricarse con cerámica, piedra, madera o metal, por ejemplo. Su uso es ancestral en diferentes ámbitos.
Partiendo de ese significado, ejercen como sinónimos de mortero palabras tales como machacador, triturador, majador y almirez.
En el terreno de la gastronomía, se recurre al mortero para elaborar recetas muy populares como el pesto o el guacamole. En el primer caso, se muelen hojas de albahaca, ajo y piñones con aceite de oliva; en la segunda preparación, el mortero sirve para el machacado de la palta (el aguacate) con tomates, pimientos (chiles) y jugo de limón.
La idea de mortero también se emplea en el ámbito de la construcción para nombrar a la masa que se genera mezclando agua, arena y algún conglomerante (cemento, yeso, cal, etc.). Muchas veces se le añaden aditivos para optimizar sus prestaciones. El mortero sirve para aparejar piedras o ladrillos, revestir paredes o rellenar espacios.
El mortero, por último, es un tipo de arma que permite disparar proyectiles en un ángulo que supera los 45º. Los morteros expulsan las municiones a baja velocidad, aunque al caer en sentido vertical y explotar pueden causar un gran daño.
Teniendo en cuenta este significado, entre los sinónimos de mortero nos encontramos con bombarda, cañón e incluso obús.
Este tipo de arma se considera que tiene su origen en el siglo XV. Es más, se cree que pudo ser creado por Mehmed II en el año 1453 durante lo que fue la caída de Constantinopla, que fue llevada a cabo por los turcos otomanos y que está considerado el hecho que marcó el fin de la Edad Media en Europa.
Pasado ese tiempo no tuvo demasiado éxito el citado mortero. Sin embargo, eso cambió con la Primera Guerra Mundial cuando ingleses y franceses optaron por utilizar aquel, algo que más tarde también harían los alemanes.
No menos interesante es conocer que el primer mortero moderno fue el diseñado por Wilfred Stokes para el bando británico en el año 1915. Nos estamos refiriendo al mortero Stokes, que podía disparar hasta 25 proyectiles por minuto y que llegaba a ser capaz de alcanzar una distancia de unos 730 metros, aproximadamente. Aquellos proyectiles eran de hierro fundido y tenían un diámetro de unos 76 milímetros.
