Nazismo es un término que proviene del vocablo alemán Nazismus, que a su vez es el acortamiento de Nationalsozialismus. La noción alude al nacionalsocialismo.
Se denomina nacionalsocialismo, a su vez, al movimiento totalitario y racista que estuvo al frente del gobierno de Alemania entre 1933 y 1945. El líder del nazismo fue Adolf Hitler.
Principales características del nazismo
Como doctrina, el nazismo se posicionó en la extrema derecha. Rechazaba la democracia liberal y el funcionamiento del Parlamento y se oponía a las ideologías de izquierda.
El nazismo, por otro lado, fue racista y antisemita. Incluso sostenía la superioridad de la raza aria e impulsaba la eugenesia.
De este modo, el régimen nazi persiguió a numerosos grupos sociales, colectividades y comunidades. Judíos, gitanos, homosexuales y discapacitados, por ejemplo, fueron víctimas de diferentes acciones y políticas aplicadas por los gobernantes.
Una de las medidas más terribles fue la puesta en marcha de campos de concentración y exterminio. En ellos, un gran número de personas fueron privadas de su libertad, sometidas a trabajos forzosos, torturadas y finalmente asesinadas. El método de ejecución más habitual era mediante el uso de cámaras de gas.
Sus orígenes y la llegada al poder
De acuerdo a historiadores, sociólogos y politicólogos, el nazismo comenzó a gestarse en la década de 1920. Las consecuencias del Tratado de Versalles, que se firmó en 1919 y obligó a Alemania a asumir los costos de reparación de la Primera Guerra Mundial, suelen ser señaladas entre los motivos principales. Otro factor que incidió fue la llamada Gran Depresión, que perjudicó las condiciones de vida.
Frente al malestar de la población, empezaron a sumar popularidad las propuestas extremistas. Mientras que los gobiernos democráticos perdieron apoyo, las dictaduras se presentaron como regímenes con la fortaleza necesaria para lograr el control y la resolución de las crisis.
En este contexto, en 1919 se fundó el Partido Obrero Alemán, que pronto despertó el interés de Adolf Hitler, por entonces cabo del ejército alemán. Ese partido de derecha se transformó, en febrero de 1920, en el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán.
Tras los triunfos del nazismo en diversas contiendas electorales, Adolf Hitler consiguió el nombramiento como canciller alemán el 30 de enero de 1933. Poco tiempo después, el nazismo logró la mayoría necesaria para la aprobación de una ley que otorgó todo el poder a Hitler, proscribió al resto de los partidos políticos y prohibió la formación de nuevos partidos.
El nazismo, del gobierno a la prohibición
Entre 1933 y 1945, de este modo, existió lo que se conoce como Tercer Reich o Alemania nazi. En ese periodo, Hitler contó con el poder absoluto, imponiendo políticas totalitarias vinculadas al racismo, la xenofobia y el ultranacionalismo.
El nazismo llevó a cabo un genocidio (mencionado como Holocausto en lo referente a la población judía) y, mediante invasiones y otros procedimientos, anexó territorios de Austria, Polonia, Checoslovaquia, Dinamarca y otros países.
Con la derrota de Alemania y sus aliados en la Segunda Guerra Mundial, el nazismo perdió el poder. Mientras que Hitler se suicidó en su búnker, muchos jerarcas y responsables de crímenes de guerra fueron condenados a muerte tras los Juicios de Núremberg. El nazismo, en tanto, pasó a estar prohibido por promover delitos e incitar al odio.