Lo primero que vamos a hacer es conocer el origen etimológico del término neurona que ahora nos ocupa. En este caso, hay que subrayar que procede del griego, exactamente de la palabra “neuron”, que puede traducirse como “nervio”.
Asimismo, tenemos que señalar que esa palabra es un neologismo que fue acuñado por el analista y patólogo de origen alemán Heinrich Wilhelm Gottfried Waldeyer-Hartz (1836 – 1921). En concreto, se considera que le dio forma a ese término en su obra titulada “La teoría de la neurona” (1891).
Una neurona es una célula nerviosa que, mediante señales eléctricas y químicas, recibe, procesa y envía información. Las neuronas captan los estímulos y conducen el impulso nervioso a través de conexiones que reciben el nombre de sinapsis.
El cuerpo de la neurona puede tener diversas formas. En él es posible detectar distintas prolongaciones, siendo la más extensa el axón. Justamente el axón, también conocido como neurita, se encarga de la transmisión de los impulsos nerviosos hacia otras células nerviosas, musculares o de otro tipo.
Gracias a las sinapsis, las neuronas permiten la interconexión de los diversos componentes del sistema nervioso. Así, cuando una zona sensorial del organismo registra un estímulo, la información en cuestión es conducida por las neuronas hasta el componente encargado de ofrecer una respuesta. Esa nueva señal, a su vez, también es trasladada por las neuronas para la ejecución de alguna acción (una secreción de una glándula, una contracción de un músculo, un movimiento, etc.).
A las neuronas que convierten los estímulos externos en internos se las denomina neuronas sensitivas o neuronas sensoriales. Su activación se produce cuando el oído, el tacto u otro sentido captan el estímulo. La información luego es enviada por estas neuronas a la médula espinal o al cerebro.
Las neuronas eferentes o neuronas efectoras, en tanto, se dedican al transporte de los impulsos nerviosos hacia el exterior del sistema nervioso central, llevándolos a las glándulas o los músculos.
Si tenemos en cuenta su función y su forma podemos establecer que también se hace referencia a la existencia de otros tipos de neuronas:
-Las interneuronas, que son aquellas neuronas que directamente conectan con otras. Esto lo que da lugar es a que se cree una amplia red neurológica, la cual da forma, a su vez, a procesos realmente importantes como puede ser, por ejemplo, el pensamiento.
-Las neuronas unipolares, que cuentan con una única prolongación y que se encuentran, fundamentalmente, en los invertebrados.
-Las neuronas bipolares, que poseen dos axones opuestos.
-Las neuronas multipolares, que resultan muy abundantes y que pueden ser de dos clases o grupos: las Golgi I, en el que se encuentran las piramidales y las Purkinje, y las Golgi II.
-Las neuronas pseudounipolares, que están en relación al dolor y al tacto. De esas hay que destacar que parecen tener un único axón, aunque cuentan con dos puntas.
Se estima que el ser humano adulto tiene un promedio de 86.000 millones de neuronas. Estas células se organizan en redes neuronales y además crean circuitos neuronales a partir de sus conexiones sinápticas.