Notación es la acción y efecto de notar (señalar, advertir, apuntar). El término proviene del latín y hace referencia al sistema de signos convencionales que se adopta para expresar algún concepto.
Se conoce como notación científica al modo de representar un número utilizando potencias de base diez. En este sentido, los números se escriben como el producto de un número real denominado coeficiente (el cual puede ser igual o mayor a 1 y menor a 10) por 10 elevado a un número entero llamado orden de magnitud o exponente; esto se representa con la fórmula a x 10 elevado a n.
La notación matemática es el lenguaje simbólico formal que sigue convenciones propias. Los símbolos permiten representar conceptos, operaciones y todo tipo de entidades matemáticas.
Notación en el ajedrez
En el ajedrez, la notación es un sistema de registro de las partidas que permite transmitir los movimientos que realizan los jugadores. Existen dos tipos de notación: la descriptiva (que actualmente se encuentra en desuso) y la algebraica.
La notación algebraica del ajedrez identifica cada una de las setenta y cuatro casillas del tablero con dos caracteres. El primero de ellos hace referencia a la columna y se representa con las letras desde la a a la h en minúscula, ordenadas desde la izquierda del jugador que mueve las piezas blancas hacia su derecha. El segundo carácter identifica la línea o fila de la casilla, con los números del 1 al 8 en orden ascendente, o sea, de menor a mayor.
La escritura en la música
El sistema de escritura que se usa para representar una obra musical de manera gráfica recibe el nombre de notación musical, y permite que cada intérprete ejecute una pieza determinada siguiendo las ideas e indicaciones del compositor y de los revisores. En la actualidad, el método más habitual se basa en el uso del pentagrama (cinco líneas horizontales paralelas) con las notas expresadas mediante signos que señalan su duración y altura.
La notación musical utilizada en Occidente ha atravesado una importante evolución a lo largo de más de dos milenios, comenzando por tratarse de un sistema básico que se valía de símbolos del alfabeto grecolatino y llegando a los métodos actuales, de naturaleza más abstracta y con un rango de posibilidades mucho mayor. De todos modos, siempre ha sido una materia muy compleja, dado que trasciende la mera indicación de la altura de cada sonido para dejar plasmado en el papel una serie muy extensa de características, tales como el ritmo (llamado tempo), la duración de cada nota, su intensidad (mal llamado volumen, especialmente en el contexto de equipos de música y televisores), su articulación y su carácter, entre otras.
Cambios en la notación musical
Cabe mencionar que el desarrollo de los diferentes sistemas que se han utilizado a lo largo de tantos siglos se vio afectado tanto por el propio crecimiento del arte como por cuestiones políticas, sociales y religiosas. Se sabe que los antiguos griegos ya hacían uso de la escritura musical, pero no fue hasta la Edad Media que se creó el sistema que, tras cientos de años, se convertiría en el que conocemos actualmente.
El uso de una partitura permite inmortalizar una composición a un nivel que excede (tanto en complejidad como en precisión) el de una grabación de audio. Una de las razones es que no sólo ofrece las herramientas necesarias para especificar cada detalle de la obra, sino que da al compositor la posibilidad de plasmar una serie de sugerencias para la ejecución, las cuales pueden o no ser aceptadas por los intérpretes.
Por último, resulta interesante señalar que no todos los instrumentos se valen del mismo sistema de notación; por ejemplo, para piezas de guitarra se utilizan las denominadas tablaturas, que facilitan la lectura, dado que representan las cuerdas con seis líneas.