La nutriología es la disciplina científica que se dedica al estudio de la nutrición. Los expertos en esta área analizan todo lo vinculado a la alimentación y a sus efectos en la salud y el metabolismo.
Los procesos metabólicos, biológicos y químicos asociados a la alimentación del ser humano forman parte del objeto de estudio de la nutriología. Como parte de su trabajo, los nutriólogos investigan la composición de los alimentos y el desarrollo de la digestión, entre otras cuestiones.
El término metabolismo lo usamos con frecuencia en el habla cotidiana, aunque por lo general no conocemos su significado con precisión. Se trata de la cualidad que poseemos de cambiar la naturaleza de algunas sustancias de forma química. Dicho de otra manera, es un grupo de reacciones y procesos, de tipos bioquímico y fisicoquímico respectivamente, que tienen lugar a nivel celular.
No es de extrañarse que la nutriología estudie con tanto interés el metabolismo y lo relacione con nuestra salud, ya que desde un punto de vista científico esta capacidad natural nuestra de convertir las sustancias es la base de nuestra subsistencia porque les da la posibilidad a las células de desarrollarse, preservar sus estructuras, realizar el proceso reproductivo y actuar frente a los estímulos externos.
Una de las principales funciones de la nutriología es indicar qué nutrimentos necesita un individuo y cómo se relacionan estas sustancias con la salud. Debido a sus características, esta especialización mantiene una cercanía con la medicina general, la biología y otras ciencias.
Si bien la palabra nutrimento puede parecer un tanto rara, es un sinónimo de nutriente, o sea que se define como un producto químico que la célula necesita para llevar a cabo sus funciones vitales y que consigue del exterior. La célula se apodera de los nutrimentos y los convierte en constituyentes por medio del anabolismo, un tipo de proceso metabólico, aunque también puede degradarlo para conseguir diferentes nutrientes, moléculas o energía.
Es importante tener en cuenta que cada persona cuenta con necesidades diferentes en cuanto a su nutrición. El organismo requiere proteínas, minerales, vitaminas y otras sustancias específicas según diversos factores, como la edad, el estilo de vida y otros parámetros. Por eso la nutriología es útil para señalar cómo resolver esas demandas específicas de cada sujeto.
Algo que no podemos negar es que todos los seres humanos necesitamos de la alimentación para vivir y, una vez cubierta esta necesidad, para gozar de una buena salud. Los nutrimentos más importantes se encuentran en los alimentos, pero solamente en los más saludables, y por eso la acción de «comer» no debería ser un simple acto reflejo sino una actividad llevada a cabo con responsabilidad, basada en la información y la guía de los que más saben.
Puede afirmarse que la nutriología forma parte de la medicina preventiva. Sin el acompañamiento de un nutriólogo, se incrementa el riesgo de padecer obesidad, malnutrición y otros trastornos derivados de una alimentación deficiente, ya que estos expertos contribuyen a la adquisición de hábitos alimenticios saludables.
Un médico nutriólogo, de hecho, es alguien que se formó en medicina y luego se especializó en nutriología. Eso lo diferencia del nutricionista, quien cursó la licenciatura en nutrición. Como médico, el nutriólogo puede determinar qué le ocurre a un paciente que gana o pierde kilogramos, relacionar esa situación con problemáticas médicas de diversa índole y sugerir un tratamiento especializado (incluyendo la posibilidad de medicar).
Son dos terrenos complementarios, que funcionan mejor cuando se unen: el nutricionista cuenta con conocimientos mucho más profundos acerca de los alimentos; el nutriólogo se enfoca más en el organismo del paciente y la relación de su nutrición con su estado de salud en general.