Onomástico es un adjetivo que se utiliza con referencia a los sustantivos propios (es decir, a los nombres). Cuando el término aparece escrito en su versión femenina (onomástica), se trata de la disciplina dedicada al análisis y la clasificación de los nombres.
Determinar el origen etimológico del término nos lleva a establecer que deriva del griego. Concretamente es fruto de la suma de dos componentes: onomazo, que puede traducirse como «asignar nombres»; y el sufijo -icos, que se emplea para indicar «relativo a».
La onomástica y la lexicografía
Es posible ubicar la onomástica dentro de la lexicografía, la ciencia destinada al desarrollo de los diccionarios. La onomástica no sólo es importante para generar conocimientos sobre una lengua, sino que también aporta información sobre otras áreas, sobre todo aquellas vinculadas al estudio del pasado.
Por lo general se reconocen tres sectores o especialidades en la onomástica. La más conocida es la toponimia, que se encarga del registro de las denominaciones de un lugar. Dentro de su ámbito se encuentra la hidronimia, la oronimia y otras disciplinas que permiten nombrar a los accidentes geográficos.
En ese último caso concreto, tenemos que decir que la oronimia es la disciplina que se encarga de llevar a cabo el estudio de los nombres que les son dados tanto a montañas como a otros accidentes que se producen dentro de lo que es el relieve de cualquier rincón del planeta. Pero no sólo eso, además procede a analizar cómo esos mismos nombres son transmitidos a generaciones posteriores a través de la historia.
Nombres de los seres vivos
La antroponimia, por su parte, está centrada en los nombres de los seres humanos. Su acción permite conocer el origen de los apellidos, entre otras cuestiones.
Hay que decir que, en el caso del castellano, existen tipos diferentes de antroponímicos: romanos, griegos, hebreos, arameos, germánicos, etc.
No obstante, a lo largo del mundo existen otras modalidades de antroponimia. Así, por ejemplo, nos encontramos con la precolombina o la llamada occidental.
La bionimia, en tanto, tiene como eje las denominaciones de otros seres vivientes.
Hay que señalar que, aunque bionimia es el nombre más general, esta disciplina a su vez se divide en varias ramas. Estas se encuentran especializadas en determinadas nombres de seres vivos. Así, por ejemplo, entre las más significativas se hallan las siguientes:
- Fitonimia. Esta de lo que se encarga es de llevar a cabo lo que sería el estudio de los nombres de las plantas.
- Zoonimia. Como su propio nombre indica, es aquella área que está centrada en lo que son los nombres de los animales, sean de la especie que sean.
El onomástico
Cabe destacar que también se denomina onomástico a la fecha en que un individuo tiene la celebración de su santo. Esto quiere decir que el onomástico de una mujer llamada Rosa, por lo tanto, es el 30 de agosto (Día de Santa Rosa).
Por supuesto, dicha expresión no significa que la mujer haya nacido un 30 de agosto: el onomástico y el cumpleaños no siempre coinciden. En ocasiones, de todos modos, se produce una confusión y se emplea onomástico como sinónimo de cumpleaños.