El ornitorrinco es un animal que pertenece al grupo de los mamíferos. Su denominación proviene del latín científico ornithorhynchus, un vocablo que a su vez deriva de los términos griegos ornitho y rýnchos.
Esta especie forma parte del conjunto de los monotremas: ponen huevos y presentan pico como las aves, aunque sus crías se alimentan de la leche que fluye de las mamas maternas. Cuando se lo examina de cerca, el pico no es igual al de un ave porque está cubierto de pelo. Los integrantes de este orden también disponen de una cavidad conocida como cloaca, donde convergen los tractos reproductor, urinario y digestivo.
Además de pico, los ornitorrincos tienen pies palmeados y una cola plana y alargada, muy similar a la de los castores. Su cuerpo, por otra parte, está recubierto de un pelaje fino, de color grisáceo. Su esqueleto se parece más al de los reptiles que al del resto de los animales de su género.
Así como ciertos roedores, el ornitorrinco tiene abazones, unas bolsas que se hallan en su boca y las usa para conservar alimento hasta que llegue el momento de comerlo. El tamaño de su cuerpo es relativamente pequeño: su longitud se encuentra entre los 45 y los 60 centímetros; con respecto al peso, los machos pueden medir entre 1 y 2,4 kilogramos pero las hembras, entre 0,7 y 1,6 kilogramos.
Otra particularidad de los ornitorrincos es que son venenosos. Los ejemplares machos cuentan con un espolón en las patas traseras que libera un veneno. Los ornitorrincos inyectan esa sustancia a otros machos para cuidar su territorio, sobre todo en época de apareamiento.
La persona que es atacada por un ornitorrinco y recibe su veneno experimenta un dolor intenso. Dado el bajo nivel de toxicidad, sin embargo, este veneno no resulta mortal para el ser humano.
Los ornitorrincos, endémicos de la parte oriental de Australia así como de la isla de Tasmania, viven en zonas de ríos y riachuelos ya que son semiacuáticos y excelentes nadadores. Más específicamente, su hábitat son unos túneles complejos de muchas galerías que pueden medir hasta treinta metros y ellos mismos las cavan en las cercanías de las riberas. Se alimentan de peces, insectos y larvas, mientras que entre sus depredadores aparecen las águilas, los halcones, los búhos y las serpientes.
Aunque no está en riesgo de extinción, el ornitorrinco se encuentra protegido en su hábitat por su vulnerabilidad frente a la contaminación y otros factores. Además, los programas de reproducción en cautiverio no han sido muy exitosos. Hasta comienzos del siglo XX, era el foco de los cazadores por su piel, pero por fortuna esto terminó cuando se convirtió en una especie protegida.
Luego de una gestación que dura 28 días, la hembra deposita los huevos y los incuba por un máximo de diez días. Por lo general, pone entre uno y tres, los cuales se mantienen adheridos gracias a la presencia de una sustancia viscosa.
Como si el aspecto del ornitorrinco y su forma de reproducción no fuesen suficientemente raros, se trata de uno de los pocos animales que no tienen estómago. Entre su garganta y su intestino no existe ninguna parte en la que se produzca ácido para digerir la comida. Son varios los vertebrados que en los últimos dos milenios comenzaron un proceso de «pérdida» del estómago, y en este grupo se encuentran el echidna (el pariente más próximo al ornitorrinco), el dipno (un pez vertebrado que puede respirar fuera del agua) y la quimera (especie similar al tiburón).
El primer fósil de ornitorrinco tiene una antigüedad aproximada de cien mil años, del período Pleistoceno. Los géneros extintos Steropodon y Teinolophos de mamíferos monotremas se encontraban muy ligados al ornitorrinco moderno.
