Óxido, un término que proviene de un vocablo griego que significa «ácido», es el compuesto químico que surge con la combinación del oxígeno y un metal o un metaloide. También se conoce como óxido a la capa de distintos colores que se forma en la superficie de los metales por la oxidación.
Los óxidos pueden encontrarse en estado sólido, líquido o gaseoso a temperatura ambiente. Aquellos óxidos que tienen un único átomo de oxígeno reciben el nombre de monóxidos. Si tienen más de un átomo de oxígeno, comienzan a denominarse según los prefijos numéricos griegos: con dos átomos de oxígeno, dióxidos; con tres átomos de oxígeno, trióxidos; y así, sucesivamente.
Tipos de óxidos
El estado de oxidación es la cantidad de electrones que un átomo adquiere o cede en una reacción química para alcanzar una cierta estabilidad. Los peródixos son sustancias con un enlace oxígeno-oxígeno en estado de oxidación -1. Los superóxidos, en cambio, son compuestos binarios.
Otra clasificación de los óxidos está vinculada al comportamiento químico. Los óxidos básicos se forman por la combinación de un metal y el oxígeno. Al agregarse agua, forman hidróxidos básicos. Los óxidos ácidos derivan de un no metal y el oxígeno. Con el agua, forman oxácidos. Los óxidos anfotéricos, por último, tienen la participación de un elemento anfótero (óxidos capaces de actuar como ácidos o bases según la reacción).
De acuerdo a la estequiometría del compuesto, puede hablarse de óxidos binarios (la combinación del oxígeno y otro elemento) u óxidos mixtos (formados por el oxígeno y otros dos elementos distintos).
El NO, ¿recurso o arma de destrucción?
También denominado monóxido de nitrógeno y óxido nítrico, el óxido de nitrógeno (NO) es un gas sin color y de baja solubilidad en agua que se encuentra en los mamíferos en discretas cantidades. Asimismo, debido a la contaminación que producen los coches y las plantas de energía, el NO se encuentra en el aire que respiramos y muestra una gran inestabilidad: al entrar en contacto con el oxígeno, se oxida en poco tiempo y se convierte en dióxido de nitrógeno.
En la década de 1970, se descubrió que los nitratos usados para tratar dolores de pecho y algunos trastornos de tipo cardiovascular liberan este gas, el cual ayuda a conseguir la dilatación de los vasos sanguíneos y relaja, a su vez, los tejidos de sus paredes internas.
Casi veinte años más tarde, se observó que nuestro cuerpo es capaz de generar pequeñas cantidades de óxido de nitrógeno partiendo del aminoácido arginina. Esto resultó fundamental para comprender el funcionamiento de varios nitratos orgánicos que se empleaban como medicamentos para tratar angina péctoris (una afección del pecho), que también liberan NO.
Producción y uso del óxido de nitrógeno
Este gas puede producirse a partir de una gran variedad de tipos de célula, tales como las nerviosas, las epiteliales y las inflamatorias. Además, cabe mencionar que el NO puede actuar como un neutrotransmisor cuando se encuentra en nuestro cerebro, ya que atraviesa con facilidad las membranas celulares gracias a su afinidad por las moléculas orgánicas compuestas de hidrógeno y carbono.
Dadas sus numerosas bondades en el tratamiento de trastornos del cuerpo humano, no resulta difícil entender que la medicina haya encontrado diversas aplicaciones para el óxido de nitrógeno. Por otro lado, también puede utilizarse para conservar alimentos. Como dato interesante, se sabe que algunos microorganismos se valen del NO para eliminar células.
La acción del ser humano ha aumentado considerablemente el porcentaje de NO presente en la atmósfera. Esto acarrea el riesgo de lluvias ácidas, una vez que el NO se convierta en ácido nítrico. Por otro lado, este gas es uno de los causantes del agujero de la capa de ozono y colabora con el calentamiento del planeta.