Un espacio periurbano puede utilizarse para la construcción de un aeropuerto.
Periurbano es un término que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto se emplea para nombrar a los espacios que se sitúan en los alrededores de una ciudad y que, aunque no se emplean para el desarrollo urbano, tampoco se usan para actividades rurales.
Las zonas periurbanas, por lo tanto, permiten ciertos emprendimientos que, por diversos motivos, no se desarrollan en el centro de una ciudad. El depósito y tratamiento de la basura, la construcción y el funcionamiento de un aeropuerto y el desarrollo de galpones o espacios para guardar vehículos confiscados por las autoridades son algunas de las finalidades que puede tener un espacio periurbano.
TemasAprovechamiento de un espacio periurbano
Como puede advertirse, existen varias razones que llevan a aprovechar una zona periurbana. En el caso del depósito de residuos, se busca alejar esta práctica de las zonas urbanas más pobladas. Los aeropuertos, por otra parte, se construyen en áreas periurbanas principalmente por motivos de seguridad.
Los espacios periurbanos, además, pueden ser empleados para el desarrollo de los denominados cinturones verdes o anillos verdes. Estas franjas ecológicas buscan proteger el medio ambiente, mejorar la calidad de vida en las ciudades ubicadas en sus cercanías y brindar una opción de esparcimiento y recreación próxima a los centros urbanos.
Existen otros conceptos que poseen significados muy similares o que suelen ser asociados o confundidos con el de periurbano, y son los siguientes: ciudad dispersa o difusa, extrarradio, exurbia, contorno de la ciudad, frontera campo-ciudad, territorios de borde, periferia urbana, suburbio y rururbanización.
Los basurales suelen desarrollarse en entornos periurbanos.
El caso de España
En España, los parques periurbanos son espacios que, por sus recursos naturales, son protegidos de manera especial para evitar que su utilización masiva afecte sus características. Veamos a continuación algunos de los muchos parques periurbanos que hay en suelo español:
La Barrosa, en Cádiz
Se encuentra junto a la costa del municipio de Chiclana de la Frontera, en una zona de playas muy apreciadas por su belleza. Entre los puntos que llevaron a su declaración como parque periurbano se encuentran intereses de tipo recreativo, ambiental y paisajístico. Su flora soporta la insolación y la sequedad e incluye el pino piñonero, el enebro marítimo, el Thymus albicans (una clase de tomillo) y la atrapamoscas (una planta carnívora). De su fauna destaca el camaleón, una de las varias especies en peligro que tienen asegurada su subsistencia en este espacio.
Pinar del Hacho, en Málaga
Este parque periurbano se halla muy cerca de la ciudad de Antequera y gran parte de su superficie está cubierta por pinos piñoneros de más de cuatro décadas de edad. Otras especies vegetales que se encuentran en la zona son el pastizal y el matorral. Con respecto a su fauna, la dominan las comunidades asociadas a las plantas ruderales, al bosque mediterráneo de coníferas de baja montaña y a la vegetación antropógena. Su paisaje es digno de ser admirado, ya que combina la belleza de la naturaleza con vistas que alcanzan la ciudad. Los habitantes de Antequera suelen acudir con asiduidad a Pinar del Hacho para aprovechar sus oportunidades de recreo y esparcimiento, y también para visitar los yacimientos arqueológicos que en él se encuentran: el Arquillo de los Porqueros y la Torre del Hacho.
Sierra de Collserola, en Barcelona
La provincia de Barcelona es conocida por sus preciosos paisajes, que combinan la vegetación con el mar y las montañas, y este parque periurbano no es la excepción. Se encuentra cerca de la ciudad de Barcelona y está considerado entre los más grandes de todo el mundo. Esta sierra es una extensión de la Cordillera Litoral de Cataluña, y su superficie ronda las 11 mil hectáreas. A su alrededor, está la depresión del Vallés (una comarca natural), la llanura barcelonesa y los valles fluviales de los ríos Llobregat y Besós. Los relieves de Collserola son suaves y no alcanzan grandes alturas; esto se puede apreciar claramente al notar que Tibidabo, su más alta cima, alcanza tan sólo los 512 metros.
