Se denomina pleocitosis al incremento del nivel de células en el líquido cefalorraquídeo. Un paciente con pleocitosis, por lo tanto, presenta una cantidad de células en dicho fluido que resulta más elevada de lo normal.
Este término que ahora estamos abordando tenemos que indicar que tiene su origen etimológico en el griego. En concreto, se ha formado uniendo el elemento “pleio”, que significa “más abundante”; el sustantivo “kyto”, que puede traducirse como “célula”, y el sufijo “-osis”, que se usa para indicar “proceso patológico”.
Según el número de células, la pleocitosis puede calificarse como leve (hasta treinta células por milímetro cúbico de líquido cefalorraquídeo), moderada (entre treinta y cien células) o intensa (más de un centenar). Es importante tener en cuenta que la pleocitosis se considera como un signo de una infección en el sistema nervioso central.
Dentro de la pleocitosis intensa y moderada podemos establecer que existen diversos tipos a su vez:
-Pleocitosis con predominio de eosinófilos.
-Pleocitosis linfocítico, que establece la existencia de una meningitis tuberculosa o viral.
-Pleocitosis con predominio de células plasmáticas, que tiene lugar como consecuencia de un proceso inflamatorio de lo que es el sistema nervioso.
-Pleocitosis con predominio de polimorfonucleares, que viene a indicar la existencia de una meningitis bacteriana de clase aguda.
Cabe destacar que el líquido cefalorraquídeo, también llamado líquido cerebroespinal, recubre la médula espinal y el encéfalo. Se estima que, en condiciones normales, cada persona cuenta con un volumen de entre 100 y 150 mililitros de este fluido.
Un proceso infeccioso puede hacer que la cantidad de células presentes en el líquido cefalorraquídeo se multiplique. La pleocitosis leve, en este marco, puede revelar trastornos como la otitis o la sinusitis, por ejemplo. La pleocitosis moderada y la pleocitosis intensa, en cambio, se asocian sobre todo a una meningitis (ya sea viral, bacteriana o de otro tipo) o a una encefalitis.
La meningitis tenemos que establecer que viene a ser una inflamación del área cerebral. En concreto, del tejido delgado que viene a estar en torno a la médula espinal y al cerebro. Es decir, de la meninge.
De entre los diferentes tipos de meningitis que existen hay que establecer que la más habitual es la viral, mientras que la bacteriana es la más poco frecuente y la que suele provocar la muerte.
La encefalitis, por su parte y como su propio nombre indica, viene a ser todo un conjunto de patologías que afectan al encéfalo y que se traducen en su inflamación. Esta se traduce en síntomas tales como rigidez de la nuca, afasia, alteraciones de la conciencia, convulsiones o cefaleas.
La migraña (un dolor de cabeza de gran intensidad que aparece con recurrencia) es otro problema de salud que puede desarrollarse acompañado por pleocitosis. En este caso, el individuo sufre cefaleas intermitentes con un déficit neurológico transitorio; el cuadro se completa con la pleocitosis linfocitaria.
El tratamiento de la pleocitosis varía según cada cuadro. El médico debe realizar diferentes estudios para establecer su diagnóstico y, de acuerdo a lo detectado, definir el mejor modo de proceder.