La polimatía consiste en el conocimiento avanzado de varias materias.
El vocablo griego polymathía llegó a nuestro idioma como polimatía. Así se denomina al saber de aquel que tiene conocimientos avanzados sobre múltiples cuestiones.
TemasUna formación integral
Quien tiene polimatía es un polímata. Estos individuos, gracias a sus estudios y sus experiencias, cuentan con instrucción de diferentes ciencias y artes, con lo cual disponen de una formación integral.
La polimatía está asociada a la sabiduría que abarca distintas disciplinas. Por eso también puede relacionarse la polimatía a la erudición.
Al polímata se lo suele calificar como “hombre renacentista”, teniendo en cuenta la variedad de conocimientos que manejaban los principales pensadores del Renacimiento. El emblema de esta calificación es el italiano Leonardo da Vinci, un destacado artista plástico, escritor, filósofo, ingeniero, arquitecto, anatomista e inventor que realizó incontables aportes a numerosos campos.
Más allá de las cualidades individuales, en la antigüedad la mayoría de los intelectuales eran polímatas. Esto se debe al tipo de formación que recibían y a las costumbres sociales de la época. Además se creía en el potencial ilimitado del ser humano.
Polimatía en la actualidad
En la actualidad, la polimatía es infrecuente. Se considera que la especialización es un valor muy importante y por eso las personas tienden a enfocarse en unos pocos asuntos que intentan desarrollar al máximo. Es más probable que un abogado busque obtener una maestría o un doctorado en alguna rama del derecho antes que iniciar una nueva carrera para convertirse además en ingeniero o en médico, por mencionar una posibilidad. El mercado laboral, de hecho, demanda especialistas y no polímatas.
La barrera que supone la necesidad de especializarse es importante, pero no infranqueable. El problema se puede analizar desde dos perspectivas: volumen de conocimientos y tiempo necesario para adquirirlos. Un médico del siglo XV no tenía en su haber la cantidad de conceptos que resultan fundamentales para la medicina actual. Y esta diferencia no abarca únicamente las cuestiones relacionadas con la anatomía, la biología y las enfermedades, sino también la preparación para usar ciertas herramientas clínicas que no existían hace siglos.
Pero la cantidad de conocimientos a aprender no es determinante de la posibilidad de estudiar dos o más carreras, ya que nuestro cerebro tiene una capacidad mucho mayor de la que utilizamos a lo largo de toda la vida; el verdadero muro para recorrer un camino tan arduo lo representa el tiempo que esto requiere, un tesoro que muy pocas personas tienen, y entre ellas tan sólo un porcentaje extremadamente pequeño tiene las facultades mentales y el interés de convertirse en polímata.
Hildegarda de Bingen
En el año 1098, nació Hildegarda de Bingen en el Sacro Imperio Romano Germánico. Fue una auténtica polímata, cuyos conocimientos abarcaron la escritura, la composición musical, la filosofía, el naturalismo, la medicina y otras ciencias, además del misticismo, entre otros campos. Más allá de su nombre, se la conoce como la profetisa teutónica y la sibila del Rin.
Hoy en día la polimatía es menos común, y se valora más la especialización.
Con respecto a su legado musical, destacan sus monofonías sacras, composiciones que tenían una única línea melódica y no usaban acompañamiento. También se la considera la pionera absoluta de la historia natural, un grupo de disciplinas de la ciencia que también se denominan ciencias naturales, donde encontramos la geología, la mineralogía, la botánica y la zoología, entre otras.
En el ámbito de la literatura, escribió algunos de los más importantes dramas litúrgicos, un género que surgió en Europa a finales del siglo IX. Sus dotes intelectuales la situaban muy por encima de la media, pero no se convirtió en una de las personas más influyentes y cultas de la Baja Edad Media simplemente por sus capacidades innatas, sino por su peculiar dedicación al aprendizaje de diferentes materias y su pasión por la creación artística.
