Preexistente es el adjetivo que se utiliza para calificar a aquello que preexiste. El verbo preexistir, por su parte, se refiere a lo que tiene existencia previa a algo. Por ejemplo: “Los investigadores tratan de determinar si hubo un delito preexistente”, “Para construir el nuevo museo, se demolió la construcción preexistente”, “No pretendemos hacer una revolución: queremos mejorar el proceso preexistente”.
El concepto de preexistente suele estar vinculado a dos etapas o periodos que se vinculan entre sí. Una de estas etapas ya estaba presente o tenía existencia cuando surgió o comenzó la otra: una ciudad, por citar una posibilidad, puede fundarse a partir de un pueblo preexistente. Esto quiere decir que existía un pueblo donde, tras la llegada de conquistadores o inmigrantes, se desarrolló una nueva ciudad.
El bricolaje y los productos preexistentes
El bricolaje, por su parte, es una técnica artística que consiste en la reutilización de productos preexistentes para crear un nuevo elemento.
A través del bricolaje, se puede tomar una lata vacía de duraznos, lavarla, aplicarle pintura y elementos decorativos y convertirla en un portalápices. De este modo, se puede afirmar que la lata de duraznos era preexistente al portalápices.
El término en la economía
A nivel económico, la noción de preexistente puede aparecer cuando una empresa anuncia un aumento del 10% en el precio de todos sus productos.
Para saber cuánto empezarán a costar éstos tras el incremento, es necesario conocer los precios preexistentes: un producto X que costaba 15 dólares, pasará a costar 16,5 dólares. El precio de 15 dólares a partir del cual se calcula el aumento, por lo tanto, es el precio preexistente.
Condición médica preexistente
Se conoce como condición médica preexistente a cualquier enfermedad o trastorno que una persona es consciente de padecer al momento de intentar darse de alta en una obra social, adquirir un billete de avión o contratar cualquier servicio que pueda exigir una declaración previa del historial médico para evaluarlo y decidir en base a él si admitir o rechazar su solicitud. Sobra decir que la tendencia popular apunta a considerar este filtro una clase de discriminación que, como cualquier otra, no debería permitirse.
Muchas compañías de seguros, por ejemplo, niegan el alta a personas que tienen una condición médica preexistente, tal como diabetes, asma, problemas óseos o cáncer. Lamentablemente, este tipo de injusticias van de la mano de la diferencia de tarifas para hombres y mujeres (ellas deben pagar más sólo por ser quienes pueden quedar embarazadas y, por extensión, requerir una «mayor variedad de tratamientos»).
Por otro lado se encuentran aquellas compañías que admiten a individuos con problemas de salud preexistentes pero luego se niegan a cubrirlos; en otras palabras, les ofrecen un servicio que excluye la atención médica para solucionar trastornos relacionados con las condiciones que padecieran antes de darse de alta, a menos que el paciente esté dispuesto a pagar las intervenciones aparte.
La noción en la actualidad
En la actualidad es muy común el uso de recursos preexistentes durante la creación de una obra tal como un videojuego o un corto cinematográfico, por ejemplo, algo que resulta muy fácil gracias a Internet. Tanto elementos gráficos (modelos tridimensionales, fuentes tipográficas, texturas) como de audio (música de fondo, efectos de sonido), la Red ofrece un sinfín de opciones gratuitas o a precios muy accesibles para que no sea necesario contar con un gran equipo de especialistas a la hora de hacer realidad nuestros proyectos creativos.
Mucho antes de la era de Internet y los recursos de dominio público, los publicistas hacían uso de música preexistente para potenciar el impacto de su trabajo. Básicamente, se distinguen cuatro formas de aprovechar dichos recursos en publicidad: no modificar la canción original; adaptar su letra para que incluya palabras que representen más específicamente el producto o servicio en cuestión; hacer un cover, ya sea para modernizar el tema o para reducir el presupuesto; aprovechar música de dominio público.